La Plaza Roja en Moscú, capital de Rusia.
En ediciones anteriores (ver REGION® Nº 1.357, 1.358 y 1.359) publicamos las tres primeras partes de una serie de notas sobre “Un recorrido junto al Mar Báltico”, correspondiendo la primera a la “Planificación”, la segunda dedicada a Alemania y Polonia y la tercera a Letonia y Estonia. Esta semana, continuando con nuestro viaje, abordamos la parte 4, recorriendo otros países bañados por el Báltico, como “Rusia y Finlandia”.
Por San Petersburgo
Nuestro ingreso a la Federación de Rusia (ex URSS), fue por San Petersburgo (ex Leningrado), la ciudad imperial del país más extenso del mundo, construida sobre una ciénaga por el zar 'Pedro 1º el Grande'.
Es una de las ciudades más deslumbrantes del planeta, con fabulosos palacios, románticos canales, ballet y ópera exquisita y un tesoro de arte y cultura extraordinario -en el museo Hermitage, se pueden ver desde
momias egipcias hasta cuadros de Picasso-.
San Petersburgo -localmente denominada Peter-, cuenta con 342 puentes y numerosos canales que le dieron el apodo de la 'Venecia del Báltico' y fue concebida como un ejemplo del creciente poder de la Rusia imperial, una muestra exhuberante de la dinastía Romanov. Todo en ella es imponente, avasallante, inmenso. Inclusive el 'profundísimo' subterráneo ruso, donde la estación "Admiralteskaya" tiene el registro de ser la segunda más profunda del mundo a 102 metros bajo tierra. Pero además, cada parada del 'metro' resultan una exposición artística imperdible de apreciar.
Como final, no hay que dejar de navegar el inmenso río Neva -el tercero más caudaloso de Europa, que en su anchura máxima alcanza los 1.200 metros-. A través de él, con muchas empresas turísticas que ofrecen el servicio, se puede recorrer la ciudad desde otro ángulo y visitar sitos cercanos, como las islas Kirovsky, donde entre mayo y junio se realizan las grandes celebraciones de las Noches Blancas, cuando el cielo nunca oscurece. Recomendable: el bus turístico con audioguía en español y varias visitas guiadas -algunas gratis- en nuestro idioma, que hay que contratar online previamente.
Escapada a Moscú
Y estando tan cerca, al igual que nos sucedió en Alemania, no pudimos evitar una breve escapada a la capital del país, donde museos, teatros y galerías de arte hacen de esta ciudad uno de los centros culturales más importantes del mundo. La visita obligada, obvio, fue a la Plaza Roja, desde donde se puede apreciar los emblemáticos edificios del Kremlin, el Mausoleo de Lenin, las catedrales de San Basilio y de Kazán, el Museo Estatal de Historia de Rusia, edificios y monumentos que nos permiten viajar al pasado comunista y zarista.
Pero Moscú, en su centro financiero, ostenta además grandes rascacielos al estilo neoyorquino, con restaurantes panorámicos, espectaculares miradores en altura, todo en torno a un moderno epicentro comercial.
Agende con tiempo -hay que reservar un mes antes como mínimo- una visita a la Ciudad de las Estrellas, el centro de entrenamiento ubicado a unos 40 kilómetros en el que se formaron a los cosmonautas rusos para ser los primeros en llegar al espacio.
El amplio río Moscova, también se presenta como una alternativa turística navegable que habría que aprovechar. En Moscú también el bus turístico con audioguía en español y las visitas guiadas en español funcionan muy bien.
La gran Helsinki
La capital finlandesa bañada por el Mar Báltico, se asienta sobre una inmensa cantidad de bahías, ensenadas e islas, que dibujan la compleja línea costera. Su perfil netamente escandinavo, con una geografía tan acuática, le ha dado fama y no es para menos.
Al recorrerla se aprecia su pasado antiguo, con elegantes edificios del estilo art nouveau, con famosos cafés centenarios que conservan su fisonomía tal cual era en 1930.
La gran predilección local es por las noches ir a cantar en los sitios de karaoke. Y la otra pasión son los saunas -dicen que es invento finlandés-, de ambas cosas asombra la gran cantidad que hay en Helsinki.
El corazón turístico bien podríamos decir que está en el puerto -parada de los grandes cruceros y ferrys-. donde se puede degustar muy buenos platos típicos (excelente el salmón y la carne de reno), en torno a un atractivo mercado de souvenirs, flores y productos alimenticios.
Varios puestos de comida compiten entre sí, pero además, hay barcos convertidos en restaurantes flotantes y otros sitios gastronómicos gourmet están instalados en islas muy cercanas, con embarcación propia para trasladar a los comensales hasta el establecimiento.
Desde esta zona parten embarcaciones de paseo que no hay que perderse y también a cada rato parte el ferry a la “Fortaleza de Finlandia”, Suomenlinna, levantada por los suecos a mediados del Siglo XVIII en un apretado grupo de islas conectadas por puentes.
El destino tiene varios tour gratis peatonales en español y el servicio de bus turístico con audioguia es muy bueno.
La semana próxima: continuamos viaje por Suecia y Dinamarca.