Semanario REGION®

Del 29 de Mayo al 4 de Junio de 2015 - Año 25 - Nº 1.180 - R.N.P.I. Nº 359581

Etiopía: safari silvestre hacia los orígenes de la humanidad

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La mayoría de visitantes le dedican pocas horas a la capital, Adís Abeba y prefieren pasar los días en contacto con las tribus más primitivas del país.

Si hay un país en el que tierra, grupos étnicos y vida silvestre ha sido más fuerte que la dominación extranjera es Etiopía; con más de 94 millones de habitantes según su último censo, la región africana es una de las pocas que nunca ha sido colonizada y que resguarda tesoros invaluables para entender los orígenes de la humanidad.

Esta es una nota distinta a la que nuestros lectores están acostumbrados a ver en nuestras páginas y decidimos incluirla, para que puedan apreciar otras facetas del turismo mundial en destinos no tradicionales.

Una vez se pisa suelo etíope el aroma del café penetra por la nariz, se pueden ver a las mujeres tostando y moliendo el grano en los puestos de comida, para después servirlo con palomitas de maíz, nuestro clásico “pochoclo”. La vida en este país, ubicado en el Cuerno de África, carece de convencionalismos occidentales y abunda en rituales, que para el visitante pueden ser salvajes, pero para ellos son básicos y hasta divertidos. El primer contacto al llegar es Adís Abeba, su capital y punto más alto del país con 2.300 metros sobre el nivel del mar. En la ciudad conviven cerca de 3.500.000 personas, en su mayoría hay más de 80 nacionalidades distintas, por tanto será normal observar a cristianos, musulmanes y judíos en un mismo lugar.
El día a día en la ciudad es muy movido: cada casa es también un comercio; mujeres, niños y hombres van de un lado al otro con carga en sus brazos y espaldas, las calles pocas veces están asfaltadas por lo que arena, barro y piedras amenazan con encharcar las pisadas.
La mayoría de visitantes le dedican pocas horas a la capital y prefieren pasar los días en contacto con las tribus más primitivas del país, que en los últimos años han estado amenazadas por usurpación de tierras y conflictos internos. Sin embargo, antes de abandonarla es una buena opción echar un vistazo por el “Merkato”, el mercado al aire libre más grande de África. Además de ser un gustazo para los sentidos, le permitirá aclimatarse y adoptar un poco de ese salvajismo que describe a todo el país.
“Masharrasha” es regateo en amhárico y es una de las cosas que se podrá presenciar, de lado de comerciantes y compradores, quienes sumidos en un delirio frenético; causado por la chat, hoja estimulante consumida en todo el país, transportan torres de productos sobre sus cabezas. Advertencia: Si sufre de vértigo o pánico a las callejuelas chicas y repletas de gente, ir a este lugar no será la mejor opción.
Ahora sí, en los alrededores de la gran ciudad se encuentran lugares áridos, silvestres y exóticos que es necesario descubrir para justificar su paso por Etiopía. Aquí una lista de los mejores destinos del país:

Parque Nacional Mago – Tribu Mursi
Ubicado a 800 Km. de la capital y con una superficie de 2.162 Km2, el parque es uno de los más extensos del país. El paisaje está rodeado de acacias, bosques, frutos y más de 56 especies de mamíferos que viven en libertad: búfalos, jirafas, elefantes, cebras, leopardos y leones son los más vistos. Este recorrido debe hacerse en compañía de guías especializados que conocen el lugar y que están identificados con el ambiente, lo que garantiza no correr ningún tipo de riesgos. También es bueno llevar pañitos húmedos o abanicos de mano porque las temperaturas pueden elevarse hasta los 38ºC.
Lo más atractivo del paseo es visitar al grupo étnico Mursi, que bordea el río Mago. De contextura fuerte y piel oscura, los mursis se diferencian del resto por los platos insertados en sus labios y los grandes aros colocados en sus orejas. Si se corre con suerte también se puede observar el “Tagine”, ritual entre chicos jóvenes que consiste en enfrentarse con bastones para obtener prestigio entre las mujeres solteras.

 

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Visitar Etiopía e involucrarse en conocer a fondo este país, conlleva una decisión bien formada con anticipación, debiendo el turista asesorarse previamente sobre lo que va a ver o se pueda encontrar. No es para todos y es bueno saberlo.

Visita a la Tribu Hamer – Ritual del Salto de toros
Desde que los Hamer se dieron cuenta que su “Ukuli Bula” o Salto de toros era un gran atractivo para los turistas decidieron colocar un bono de 300 Birr -unos 15 dólares- cada vez que coincide su desarrollo con la llegada de éstos.
El grupo ubicado del otro lado del río Mago, en la Región Omo, es muy servicial con el visitante. Los niños disfrutan del juego con el turista, las mujeres permiten ser acompañadas a buscar leña al bosque y quienes tienen comercios en el mercado cercano ofrecen una cálida atención, al tiempo que muestran sus artesanías.
Pero, esta dulzura se ve opacada al momento del ritual en el que participan chicos que transitan la edad entre la adolescencia y la adultez y mujeres solteras en búsqueda de esposo.
Los hombres tienen que saltar desnudos hasta ubicarse arriba del toro y, una vez allí, una larga fila de 30 animales alineados lo esperan. Cada joven debe correr por encima de los toros hasta llegar al último y luego devolverse. Los chicos que hacen el ritual sin perder el equilibrio son los más respetados y deseados por las mujeres. Y, mientras ellos van arriba de los animales, las mujeres solteras son sometidas a fuertes latigazos. La chica con más cicatrices y que demuestre más fortaleza saldrá invicta y seguramente será la mujer más codiciada para los hombres, también vencedores.

 

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Las costumbres rituales que son un atractivo turístico, resultan en algunos casos brutalmente salvajes, por lo cual quien visite este país debe hacerlo desprovisto de todo prejuicio y a sabiendas que podrá ver actitudes no tan agradables.

Tribu Dorze – Casas Elefante
Al norte de la Región Omo está el asentamiento de los Dorze, un grupo que se distingue por sus grandes casas, de hasta seis metros de altura, construidas con hojas de plátanos por ellos mismos y con una forma bastante peculiar: parecen grandes cabezas de elefantes. Las casas pueden permanecer por más de 20 años, sin embargo la altura va descendiendo por la acción de las termitas. En su interior el ambiente es agradable, debido a que las mujeres encienden una amplia fogata que sirve para cocinar y también para calentar la casa.
El grupo es conocido a nivel nacional por sus coloridas túnicas, confeccionadas por hombres y mujeres, a base de algodones y pigmentos naturales con formas geométricas.
Recuerde que estos son sólo algunos bocados, la inmensidad de los 1.127.127 Km.2 de superficie etíope también resguarda tesoros como Las cataratas del Nilo Azul, el Parque Nacional de Simien, Las cuevas de Sof Omar, Lalibela y más parajes exóticos que le deslumbrarán los ojos.
Etiopía es, sin dudas, un país que ha mantenido sus tradiciones, gracias a su fuerte población, que sólo fue colonizada por un mínimo periodo de cinco años por Italia.

Texto: Osjanny Montero González
Fuente: www.todoparaviajar.com