“Recientemente se produjeron desgraciados hechos que involucran a estos perros (los pibulls) identificados como de razas potencialmente peligrosas. Sucedieron en distintas localidades, pero estamos ante una problemática en común en nuestra Provincia y en gran cantidad de ciudades del país, y como caso testigo podemos referirnos a lo que sucede en Santa Rosa”.
Así comienza diciendo un comunicado de Fundación VIDANIMAL y APANI (Asociación Protectora de Animales), y sigue:
“Cada vez que se produce un hecho de estas características los criadores y vendedores de pitbulls (o de otros perros de gran porte) no hablan. Los veterinarios que reproducen y venden animales que luego nadie puede manejar, no advirtiendo a los posibles compradores el nivel de compromiso que exige tener un perro pitbull y que no desalientan su compra, tampoco hablan.
El Estado que no regula ni interviene con respecto a la cría y venta de esta raza, cuando se ve que son ofrecidos por las redes sociales como si fueran papas, tampoco dice nada. No saben, no contestan, no opinan. Y mientras todo esto sucede, la comunidad se siente abandonada. Muy triste todo.
Luego, estos perros, tirados a la calle, son muy difíciles de adoptar por las características artificiales que el ser humano le puso a la raza, y no se pueden permitir más pariciones sin control de pitbulls porque terminan en el abandono o en la tortura, ya que como nadie los sabe tener, terminan atados con correas de un metro y frecuentemente, muertos por inanición o ahorcamiento por esas ataduras.
Hasta que no se logre el equilibrio poblacional de perros y gatos en nuestra ciudad, bregamos por el cese de toda cría pública o clandestina de perros “de raza" que sólo empeoran la situación, ya que el Estado no tiene ningún control sobre esos nacimientos ni tiene el compromiso de desalentar su reproducción y compra por parte de los ciudadanos, y no hay normas claras con respecto a este desorden de elementos cuyo resultado es la muerte de personas y animales, el malestar entre vecinos, violencia y abandono porque, entre otras falencias, nuestra ciudad carece aún de una Ordenanza que ponga racionalidad a la anomia existente para tratar estos temas que sólo saltan a la vista de todos cuando la sangre se ha derramado y ya es tarde.
Los perros no deben ser reproducidos con fines de explotación comercial, laboral, deportiva o entretenimiento. La situación de sobrepoblación de perros y gatos domiciliados o callejeros ha explotado en nuestra ciudad a causa de años de tener una Dirección de Zoonosis cerrada sobre sí misma, terriblemente anticuada en su forma de trabajo, opaca en sus metas y logros que nadie conoce, a contramano de las nuevas estrategias científicas de intervención comunitaria para lograr el equilibrio poblacional, sin comunicación con los vecinos ni con otros municipios que ya encontraron la solución y la están aplicando con éxito en sus ciudades, y sin sumar el aporte de las organizaciones animalistas locales que intentan, como pueden, contener a los vecinos y realizar el trabajo de castraciones gratuitas y masivas que debería hacer esta dependencia del Estado municipal.
Ya sabemos que no muestran intención de mejorar su trabajo; tampoco otras áreas de gobierno se manifiestan sobre la actividad comercial en sí de cría y venta de animales que debiera tener fuertes regulaciones a la luz de los resultados desastrosos en muertes que ya ocasiona la total anarquía de la actividad.
Pit bulls, Dobermans, Galgos, y otros tantos perros mestizos de gran porte deambulan por las calles, con dueños o sin dueños, sin control, sin castrar, sin posibilidad de ser adoptados y ocasionando estos ataques mortíferos de los cuales no son totalmente responsables, porque han sido arrojados al abandono por parte de muchos actores (gobierno, colegios veterinarios, vendedores, criadores, compradores y dueños irresponsables), que hoy no están diciendo nada porque es más fácil culpar a los animales.
De qué sirve una muerte más de una persona, una amputación de un miembro, una ejecución de un perro más si, mientras esto sucede, cientos de Pitbulls más están obligados a reproducirse cruelmente por parte de sus tenedores/vendedores para, luego, ser abandonados por sus compradores, en un ciclo que se alimenta una y otra vez, por el total desinterés de las autoridades en prohibir la cría y reproducción de estos animales que, -en muchos casos-, solo viven para ser torturados y convertirse en "bestias" incontrolables.
Por eso, pedimos que el gobierno provincial con sus respectivos municipios tomen cartas en el asunto, ejecutando las políticas de salud pública y de actividad económica que ameriten y se comprometa, como así también esperamos que los colegios veterinarios muestren algún grado de empatía y haga los señalamientos que correspondan con respecto a la crianza de estos perros (no así en la implementación de políticas públicas ya que lo privado no debe interferir en lo público dado que los intereses son muy distintos). No queremos más personas lastimadas, mutiladas ni muertas ni queremos más perros sacrificados porque ya no sirven, ni más perros reproducidos para satisfacer el lucro económico, la vanidad e ignorancia de personas sin escrúpulos.
Lo vamos a repetir hasta que se entienda: desde muchos lados se sigue escuchando el mismo latiguillo de siempre, producto de la desinformación: "Que difícil es que LA GENTE entienda y se eduque…”.
¿Cómo pueden pedir a la gente “que sea responsable” cuando el mismo Estado no lo es y cuando no existe información VERAZ brindada desde el mismo?
Por todos lados se ve en redes vecinos pidiendo castraciones y hasta en algunos casos, se ve gente de "equis" barrio pidiendo por este servicio y atrás sale el responsable del área de Zoonosis diciendo que “ya estuvieron”, cuando en la realidad en ese barrio nunca se enteraron.
Por otra parte, mientras tanto, un Proyecto de Ley provincial y un Proyecto de Ordenanza municipal respecto a equilibrio poblacional presentados siguen sin ser prioritarios en su tratamiento.
Quizá sea hora de exigir que los responsables de políticas públicas empiecen a leer, a informarse y conocer la cantidad de ciudades en Argentina en las que desde hace muchos años se hacen las cosas bien, donde hay estudios, estadísticas, gente capacitada, lográndose el equilibrio y control de la población de perros y gatos.
Donde se cumple la premisa de que CUANDO EL ESTADO TRABAJA BIEN, la GENTE RESPONDE BIEN.
Fundación VIDANIMAL Y APANI (Asociación Protectora de Animales)