El miércoles 3 de Junio se llevó a cabo una marcha multitudinaria para pedir que se tomen medidas contra la violencia de género. El evento buscó visibilizar una problemática muy seria que afecta a mujeres de todas las edades y que todavía no ha sido efectivamente abordada.
En los últimos tiempos se ha incrementado el número de mujeres golpeadas y/o asesinadas por sus parejas. Todas las semanas aparecen en los medios de comunicación nuevos casos de adolescentes o chicas jóvenes que desaparecen y son encontradas muertas días más tarde. Si bien esto es algo que viene ocurriendo desde hace años, la realidad es que la situación hoy en día está fuera de control y el número de víctimas pareciera ir en aumento.
Pero más allá de los femicidios, la violencia contra las mujeres está presente en casi todos lados. Cualquier mujer que camine todos los días por la calle sabe la cantidad de insultos y comentarios agresivos y fuera de lugar que tiene que soportar a diario. La mayoría de las veces estos van acompañados de miradas invasivas, e inclusive hay hombres que intentan acercarse e invadir su espacio personal. Esto aparte de resultar muy perturbador y molesto para las mujeres, también las condiciona a vivir con miedo ya que nunca saben si el desconocido en cuestión puede llegar a atacarlas.
La movilización en la provincia se desarrolló en la plaza San Martin de la ciudad de Santa Rosa y Gral. Pico. Estuvieron presentes los familiares de muchas mujeres que han sido víctimas de femicidios y violencia de género, y que aún esperan una respuesta de la justicia para que sus casos se resuelvan y se encarcele a los asesinos. Entre los muchos puntos que se reclaman, podemos encontrar: La implementación de un registro único de víctimas, el acceso de las víctimas a la justicia y la creación del Plan Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la violencia contra la mujer.
Más allá de que lo correcto es esperar que la justicia actúe como corresponde en estos casos (porque para eso está) y que existan leyes que protejan a las mujeres víctimas de violencia, la realidad es que ninguna ley bastará para revertir la situación si el grupo social que cuenta con mayores privilegios, en este caso los hombres, no actúa para formar parte de la solución. Es cierto que existen hombres que están muy involucrados con la causa y participan activamente, pero hasta ahora continúan siendo un pequeño porcentaje. Pareciera ser que la mayor parte de la población masculina elige sentarse cómodamente a mirar la realidad como meros espectadores, cuando deberían tomar la responsabilidad de educarse a ellos mismos y educar a los hombres que tienen a su alrededor en el respeto por la mujer. Una vez que eso ocurra, podremos afirmar que estamos camino a ser una sociedad mejor.
La Secretaría de Turismo estuvo presente acompañando y apoyando la movilización.