La isla de Cerdeña, la segunda más grande del Mediterráneo, encierra playas paradisíacas y ruinas de las más diversas civilizaciones.
Cerdeña es el secreto mejor guardado. Sus habitantes han sabido proteger a la gran isla mediterránea del turismo de masas que merece. La belleza imponente del lugar resulta extraña al estar alejada de las mareas humanas que visitan destinos similares.
Las playas de arena blanca, las aguas turquesas y los impactantes acantilados montañosos forman parte ineludible de las postales que se repiten al recorrer Cerdeña.
Una gran parte de la isla permanece virgen, con sus paisajes de bosques milenarios inalterados y la fauna vagando libremente.
La isla cuenta con un millón y medio de habitantes y una extensión de 2.000 km de costa con magníficas y paradisicas playas de arena fina y agua transparante.
Porto Cervo, ubicado al norte de la isla, es uno de los puntos más visitados por su industria turística, los campos de golf y la belleza de las playas.
Fue desarrollado en los años 60 y cuenta con un pintoresco centro lleno de callejuelas, restaurantes, marcas de ropa de lujo e interesantes expresiones arquitectónicas. Durante todo el año los enormes cruceros de los ricos y famosos deambulan las aguas cercanas a Porto Cervo.
También en el extremo norte de Cerdeña se encuentra Stintino, un destino que es la fusión perfecta entre el encanto del pueblo pesquero con opciones de alojamiento del mejor nivel. Este pueblo costero ofrece tranquilidad pero sin aburrimiento, cuenta con campos de golf y hay gran oferta de excursiones en bote, deportes acuáticos y buceo.
Por otro lado, para aquellos que quieran ver algo diferente, Cerdeña ofrece a los visitantes los monumentos que sirven de testimonio de la cultura “Nuraga”, que va del siglo XV al VI a.C. El complejo de Barumini, en la provincia de Cagliari, figura en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por ser un yacimiento arqueológico donde se encuentran -aún hoy- indicios de los rituales y de la vida cotidiana de este pueblo.
El Parque Nacional de Asinara, ubicado en la isla de su mismo nombre, ofrece opciones turísticas con respeto al medio ambiente. Se puede realizar desde senderismo a lo largo de rutas temáticas, bicicleta, paseos a caballos, paseos en veleros y buceo.
Fuente: www.todoparaviajar.com