Semanario REGION®

Del 26 de Junio al 2 de Julio de 2015 - Año 25 - Nº 1.184 - R.N.P.I. Nº 359581

Huérfanos en una travesía

Agora dejemos los muertos y las herencias;  -dijo Parmeno- hablemos en los presentes negocios, que nos va más que traer los pasados á la memoria.

La Celestina

 

Mala herencia me dejaron;
pero sobre no haber otra,
quién lo hereda, no lo hurta.

Larra

 

Unir las piezas de un objeto que se rompió es uno de los caminos para obtener nuevamente la imagen de lo que fue, de lo que nos recordaba o de valorar la función que cumplía.

También los legados y las herencias son como partes de algo que se trizó.

Heredar, en su expresión jurídica, es recibir la sucesión de los bienes y derechos de una persona al momento de su muerte, deducidas sus deudas. Por lo tanto comprende el activo y el pasivo de esa persona. en otras palabras los que se declaran sus herederos tienen que aceptar no solamente los bienes sino también los débitos y obligaciones que integran su pasivo.

en un sentido muy amplio y filosófico implica hasta reconocer que vivimos en una Tierra que nos dieron, en un país que otros conformaron, en una familia que sus ancestros decidieron constituir.

Todos nos creemos merecedores de heredar: por filiación, por linaje, edad, sexo, educación, méritos personales. también porque sí. Cuando lo que se debe hacer es complementar esa tarea de los que nos precedieron, de los que nos dejaron paso, de los que hicieron que nuestras vidas sean más saludables y extendidas. Esa es la verdadera riqueza que se debe usufructuar. Por ello se debe trabajar, investigar, estudiar, dar ejemplos para crear la herencia que se dejará a quienes por ahora parecen como si fueran huérfanos en una travesía.

Proyectar y realizar es la herencia

-cada uno en su escala de posibilidades-, porque vivimos gracias a la tarea de estudiosos, científicos, educadores, trabajadores, que nos permitieron ser sus herederos.

El tiempo es el escurridizo bien que no entra en ninguna sucesión. Es el único que no figura en un pacto testamentario. Lo que pasó fue. Y no es un juego de palabras. Por eso el devenir inexorable urge a que se comprenda que existimos por la herencia de otros y que día a día preparamos nuestro legado a ese núcleo al que pertenecemos con mayor o menor gravitación.

Porque al construir la vida pese a las dificultades, estamos legando. aunque escaseen los éxitos, el mérito es continuar.

No sólo los tribunales le enseñan al ser humano el sabor de justicia o la falta de ella.

Deberíamos tratar de no ser progenitores de catástrofes que dan a luz hijos que nadie quiere reconocer, aunque todos sospechemos en qué contubernios fueron engendrados.

Las discapacidades de oportunidades provocadas en muchos por irresponsables e inconsultas decisiones políticas, no debe paralizar la voluntad de ser mejores para poder elegir a mejores.

Recordemos que la genética es la única herencia que no podemos rechazar. Y que como dice Plutarco es importantetener buenos descendientes, pero la gloria pertenece a nuestros antepasados.

Elizabeth Tuma