¿Todos los caminos van a Roma...?
¿Cuál Roma? ¿y de qué siglo?
¿La varias veces victoriosa?
¿O la derrotada en ciertas circunstancias?
C.B
La mezcla armoniosa y la conjunción de esfuerzos permiten el crecimiento de una sociedad. El pluralismo que preserva la identidad debe estar basado en la ética del trabajo honesto y no en la confrontación cotidiana destinada a la eliminación deshonesta de aquello que puede ser considerado competencia.
Con mucho fundamento Voltaire (1694-1778) dijo: Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.
La práctica desleal que muchos emplean, aunque sea disfrazada para encubrirla, genera inseguridad ambiental; y de existir una ambigüedad jurídica que soslaye esas suciedades, bajamos el promedio de tranquilidad entre los coterráneos.
Los mentideros políticos, así como los comerciales, significan malos ejemplos y sitios riesgosos para que la sana convivencia perdure.
Las faltas de un delincuente pueden ser sólo episodios ocasionales, o toda una definición de vida. Pero las demoras en una sanción legal y moral, no ayudan a que los demás adviertan que ese no es a largo plazo un camino seguro, ni de fácil tránsito.
Cierta gastronomía política nos engulle sin digerirnos y nos anula como ciudadanos. Hay quienes jocosamente pretenden manifestar que meter la mano en la lata es tecnología digital aplicada... al enriquecimiento.
Crecer físicamente, sin crecer intelectualmente, nos puede convertir en enormes dinosaurios, sin capacidad de supervivencia a largo plazo.
No es antídoto adecuado para las crisis económicas subir y bajar permanentemente tramposas escaleras de valores cotizables. De esta manera se trabaja aleatoriamente, porque esos escalones no son seguros, y quienes los recorren tampoco, no sabiéndose en qué momento tropezarán.
Lo hermoso en la vida es descubrir a tiempo la belleza de la razón aplicada con justicia.
Antes se hablaba de la hombría de bien de alguna persona. ¿Y ahora? Quizás el ideal de una sociedad es: que nadie se muera de hambre... ni de envidia
¿El más rico es siempre el más honesto? ¿La riqueza desorbitada o desproporcionada es la única escala para medir y tener en cuenta en cada ser humano?
¿Pero para ser rico se tiene que ser tramposo? Es lo mismo que inquerir: ¿si el único tipo de familia que más conoce la gente es la familia mafiosa?
Esta sumatoria de preguntas se pueden contestar sólo si sabemos hacerla con serenidad, a los individuos que buscan la correcta verdad en la realidad.
Dentro de la gran cantidad de calificativos, que leemos, vemos o escuchamos en el periodismo moderno, hay uno que se emplea poco, es la palabra codicia. Parecería que no es importante definir a una persona, o una actitud como codiciosa. Es así que el ansia desorbitada de posesión, no es señalada como zona de riesgo de actos injustos, en quienes ansían tener y estar a cualquier precio.
No es el tamaño sino la solidez de una persona, empresa o país lo que da firmeza y real capacidad operativa. Seamos buenos para sentirnos grandes.
Carlos Besanson
Publicado en el Diario del Viajero N° 979, del 1° de febrero de 2006 |