Interior de la histórica casa de Tucumán (digna de ser visitada en la ciudad de San Miguel de Tucumán, capital de la provincia homónima), que originalmente estaba situada en la arteria que tenía por nombre: ‘Calle del Rey’, y que luego del 9 de julio para disipar este contrasentido, pasó a llamarse Calle Congreso de Tucumán.
La historia suele presentar hechos irónicos, paradojas que muestran al azar o a la casualidad acompañando el curso de los acontecimientos humanos.
Al momento de declararse la independencia la calle en la que se emplaza la histórica casa de Tucumán tenía el nombre de Calle del Rey. Para disipar este contrasentido después del 9 de julio pasó a llamarse Calle Congreso de Tucumán que hasta hoy conserva.
Podríamos aproximar el hecho a los versos del poeta Antonio Machado (justamente español) al decir “Caminante no hay caminos… se hace camino al andar…”
El acta de independencia fue escrita en quechua y en español. No debiéramos asombrarnos ya que en aquellos tiempos era vital la influencia de los pueblos originarios en las más norteñas Provincias Unidas del Río de La Plata.
Con decirles que de los 29 diputados asistentes, hubo tres bolivianos, dos peruanos y un uruguayo. De paso juzgo oportuno comentarles que la mayor parte de los congresales de 1816 eran hombres de leyes o clérigos y esto es porque esas eran las profesiones típicas de las clases más altas de la sociedad.
La primera nación en reconocer nuestra independencia fue Hawai, que lo hizo en 1818. Esto se debió a que el rey Kamehameha I había firmado un tratado de comercio con el representante de nuestros territorios, el valiente marino Hipólito Bouchard. España recién admitió que nosotros éramos independientes en 1863.
A Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín se le ocurrió que Santa Rosa de Lima fuera declarada Patrona de la Independencia de América. Atendiendo a su iniciativa, la virgen fue nombrada ‘patrona’ el 14 de septiembre de 1816.
Pero este Fray, diputado por San Juan, tuvo también iniciativas políticas. En el Congreso de Tucumán sus palabras fueron "se dará la batalla a favor de la soberanía del pueblo" y allí apareció la tesis de la monarquía constitucional "Yo el Rey", enfrentada a la de la república "Nosotros los pueblos".
Para 1816 los caminos eran sólo pequeñas huellas perdidas, que los vientos y las lluvias borraban a su antojo. Los viajes eran jornadas extenuantes por caminos inexistentes, polvorientos en verano, lodazales en tiempos de lluvias y vientos helados en invierno.
El viaje de Buenos Aires a Tucumán en galeras y sopandas duraba entre 25 y 30 días. El viaje en carreta, esos grandes carros de madera que eran tirados por una o más yuntas de bueyes, podía durar hasta 50 días.
Yo diría que en estos símbolos (la Revolución de Mayo, la Declaración de la Independencia, la gesta sanmartiniana, Belgrano y la bandera), descansa el alma de la argentinidad o lo que aún puede estar quedando de ella.
Y que como estamos a tiempo de impregnar a nuestros chicos del sentimiento patrio, sería bueno llevarlos a conocer la histórica casita en cuanto la pandemia nos lo permita.
Digamos que si bien fue demolida casi en su totalidad, la casa convertida hoy en Museo Histórico fue luego rescatada y reconstruida tal cual era su aspecto en 1816 gracias a fieles testimonios gráficos.
Luego de visitarla y de sentir el peso emocional de la historia, nuestros niños podrán decir que estuvieron donde, a los ojos del mundo, nació la patria.
Colaboración: Hugo Ferrari
Una réplica exacta de la Casa de Tucumán con idénticas dimensiones y características del edificio norteño se encuentra en la ciudad de La Punta (a 520 km de Santa Rosa), en la provincia de San Luis, realizada como un homenaje al Bicentenario de la Declaración de la Independencia Argentina.
Tras un incendio intencional en 2017, el Gobiernbo puntano la recuperó y hoy puede apreciarse nuevamente, con sus patios y salas, el zaguán de entrada y los cuartos sobre la medianera norte, la sala de jura y la sala de criados. Se aprecia también el equipamiento con piezas originales, más los cuadros de época.
El Estado puntano también construyó el ‘Camino de la Patria’, compuesto por 67 postas históricas, que recrea el recorrido que hicieron los patriotas de la Independencia Nacional camino a Tucumán.