El gobierno de Estados Unidos autorizó a la compañía aérea JetBlue a conectar Nueva York y La Habana con un vuelo semanal a partir del 3 de julio próximo y emitió “licencias específicas” para el servicio de ferry de pasajeros entre Florida y la isla.
¿Está Cuba preparada para una “invasión” del turismo de Estados Unidos?. No es difícil entender por qué Cuba es un destino tan popular para los turistas extranjeros. La música, los puros, el buen ron y las playas paradisíacas han atraído visitantes a la isla desde mucho antes de la llegada al poder de la Revolución Cubana.
Si se añade la imagen de los autos antiguos atravesando las calles de uno de los últimos bastiones comunistas del mundo, Cuba tiene un carácter único en el mercado internacional del turismo: ese sello de “autenticidad” que tanto busca el turista promedio en la actualidad.
El temor que nos invade al resto de los que nos atrae este destino maravilloso, es si el acceso masivo de los estadounidenses mejorará o empeorará la posibilidad de que siga siendo un destino accesible o si se convertirá en un lugar de visita sólo para ricos.
Todo parece indicar que Estados Unidos finalmente invadirá Cuba, pero pacíficamente, con un aluvión de turistas que hacen cola para cruzar la mínima distancia que separa a los dos países, de tan solo 170 kilómetros.
Hasta ahora a pesar del proceso de “deshielo” diplomático entre los gobiernos de Raúl Castro y Barack Obama que comenzó en diciembre de 2014, Washington ha mantenido su prohibición oficial de que los ciudadanos estadounidenses viajen a la isla.
Tradicionalmente, los estadounidenses que han visitado Cuba de forma ilegal han llegado vía México, Canadá o Bahamas.
La novedad es el reciente anuncio oficial de que habrá vuelos directos entre Nueva York y La Habana, y ferrys entre Florida y la isla.
El gobierno de Estados Unidos autorizó a la compañía aérea JetBlue a conectar ambos destinos con un vuelo semanal a partir del 3 de julio próximo y emitió “licencias específicas” para el servicio de ferry de pasajeros.
“La Oficina de Control de Activos Financieros (OFAC, del Tesoro) ha emitido ciertas licencias específicas para el servicio de ferry de pasajeros, pero no podemos ofrecer detalles adicionales sobre cuántas ni a quién”, explicó Hagar Chemali, portavoz de la OFAC.
La medida se enmarca en el proceso de normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y permite el establecimiento de las primeras rutas marítimas comerciales de pasajeros entre ambos países en más de 50 años.
Chemali aclaró que “no existe una licencia general autorizando el servicio de ferry de pasajeros entre Estados Unidos y Cuba” y que “las licencias específicas serán emitidas caso por caso”.
El Tesoro no detalló los nombres de las compañías que habían recibido las licencias, aunque el diario Orlando Sentinel reveló que se trata de Havana Ferry Partners, con sede en Fort Lauderdale, y Baja Ferries (foto), radicada en México.
Por otra parte se supo que los pasajes para el vuelo operado por JetBlue desde el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York hasta la base José Martí de la capital cubana se podrán comprar a través de la agencia de viajes chárter Cuban Travel Services (CTS).
El temor que nos invade al resto de los que nos atrae este destino maravilloso, es si el acceso masivo de los estadounidenses mejorará o empeorará la posibilidad de que siga siendo un destino accesible.
La aérea JetBlue
“Nuestro primero vuelo de JFK a Cuba ofrece una nueva opción de volar directo desde Nueva York, donde hoy en día residen muchos cubanos”, destacó en un comunicado el presidente y consejero delegado de JetBlue, Robin Hayes. El anuncio del nuevo vuelo llega apenas semanas después de que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, encabezara una misión comercial a Cuba -de la que participaron ejecutivos de esa línea aérea- en busca de oportunidades para las empresas de la región interesadas en invertir en la isla caribeña, en proceso de apertura la firmas extranjeras.
“Felicito a JetBlue por convertirse en la primera gran aerolínea en anunciar un vuelo directo entre Nueva York y Cuba en esta nueva era entre nuestras naciones”, aseguró en el mismo comunicado el gobernador Cuomo.
Aluvión de turistas
Sin embargo, la pregunta clave en este momento es si la anticuada infraestructura turística en Cuba puede hacer frente a semejante aumento en la cantidad de visitantes. Este año no solo se espera un incremento del número de visitantes estadounidenses de unos 600.000 (muchos de ellos cubano-estadounidenses visitando familiares) a cerca de un millón, sino que además los turistas de otras partes del mundo podrían duplicarse en el mismo periodo.
Hay una notoria demanda de europeos y canadienses que quieren ver Cuba “antes de que lleguen los estadounidenses”.
“No hay habitación”
El gobierno de La Habana dice que se está preparando para ese auge con una expansión del aeropuerto de La Habana y la construcción de nuevos hoteles de lujo, tanto en la capital como en ciudades balnearias como Varadero. “Todos tenemos que prepararnos, poco a poco”, dice Alfredo Lachos, el director general del Iberostar Parque Central, un hotel de cinco estrellas en La Habana Vieja. “Nuestra empresa lleva años preparándose para una expansión como esta. Creo que estamos listos”.
No obstante, es cada vez más difícil encontrar habitaciones en los hoteles o mesas en restaurantes populares, especialmente durante la temporada alta. Lo que está claro es que si los hoteles estatales no consiguen manejar este aumento de turistas, hay miles de personas dispuestas a cubrir la demanda. El número de “casas particulares” –hogares particulares que ofrecen habitación y desayuno– se ha incremento exponencialmente desde que Raúl Castro relajó las restricciones para los negocios privados en 2008.
Cómo el cuentapropismo está cambiando Cuba
También la llegada del exitoso sitio web AirBnB, que permite rentar y compartir apartamentos, podría ayudar a aliviar la demanda.
Sin embargo, este portal da por sentado que el dueño de casa tiene un acceso habitual al internet, algo que muchas veces no ocurre en la isla. Durante décadas, Cuba ha sido un país de emigrantes.
Quizás a partir de ahora el flujo de personas saliendo de la isla por razones económicas esté a punto de ser reemplazado por una ola de turistas que la visitan por ocio.