Quiza ese día nada podría salir mal. Pero todos estuvieron en el lugar y en el momento equivocado. Y el crimen se concretó.
La criminalidad organizada no tuvo en consideración que Loan Peña nunca estará solo. La desaparición del niño correntino y un sinnúmero de seres humanos en estado de indefensión en Suramérica dejan al descubierto las peligrosas equivocaciones en las que incurren, los Estados, sus fuerzas de seguridad y la Justicia, que no terminan de asentar efectivas alertas, plataformas de prevención y protocolos de investigación y sentencias condenatorias más firmes contra el crimen instaurado sobre nuestras tierras.
La trata de personas es un delito, una violación a los Derechos Humanos que afecta inexorablemente la integridad y la libertad.
La seguridad está quebrantada, y las fronteras terrestres internas y externas, y las vías de comunicación fluviales cooptadas por corrupción.
La mediatización televisiva del caso Loan mantiene viva la exploración judicial con pocos avances y demasiados retrocesos lamentablemente, y los criminales se siguen llamando a silencio y embarrando la causa.
La vulnerabilidad social en la localidad de 9 de Julio, provincia de Corrientes, emerge ante los que dicen manejar poder, sobrevuela el temor y la zozobra. El misterio por la desaparición de Loan seguirá hostigando a la comunidad lugareña en Corrientes.
Los vecinos de 9 de julio se empiezan a manifestar, pero queda aun profusamente saber, qué atraviesa a una sociedad que fue sacudida de un golpe criminal contra el niño Loan.
No obstante, la familia de Loan se ha visto fortalecida por el sustento popular, y en la soledad de su humilde hogar, en intimidad lo llora entrañas adentro, abrazados a sus creencias.
Loan nunca estará solo.
Cualquiera de las hipótesis falsas, ciertas o menos ciertas revelaría que quienes tuvieron un rol criminal no midieron las consecuencias, quizá por debilidad moral y por una gran tentación miserable, instigados, forzados, vaya a saber por qué razones, o quizá sintiéndose impunes.
Cruelmente cometieron la desaparición de Loan, cuan excitados estarían en el preciso instante en que Loan se alejó de sus seres queridos, de su hogar, de su madre, de su ambiente, de sus amigos, de su Escuela y su maestra que esperan con ansias que Loan regrese sano y salvo.
Loan desapareció, pero quienes hayan tenido el encargo criminal tendrán que soportar y llevar sobre sus espaldas una pesada cruz. La vida de Loan no se ha detenido. Los relojes no se han detenido y prosiguen marcando el tiempo de quienes verdaderamente aman y esperan por él.
Hipótesis, una mirada analítica
El tiempo irá haciendo una decantación de lo sucedido.
Los comensales confluyeron a la mesa presidida por la abuela de Loan, y el diablo metió la cola, invadió la locura. Quizá acuerdos no cumplidos, subordinación, deudas, de último momento una negación, venganza, intereses contrapuestos, estupidez. O claramente exponer un mensaje mafioso y direccionado a las estructuras del poder político, judicial y policial, como diciendo: "miren lo que somos capaces de hacer..."
Colaboración: Tomás Amela
N. de la R: al momento del cierre de esta edición, el niño Loan Peña aún continuaba desaparecido.