Cada vez con mayor fuerza la posibilidad del disfrute del viaje y la estancia fuera del lugar de la cotidianidad está presente en el horizonte vital de los ciudadanos de las sociedades occidentales.
Para esta comunidad de asiduos visitantes, el turismo no sólo aparece como una recompensa por el trabajo realizado, sino como un derecho personal y una experiencia legítima e irrenunciable cargada de significados.
El Caribe asoma en la actualidad como destino predilecto, semillero de islas hermosas a las que anualmente asisten millares de turistas y con cinco grandes categorías de productos turísticos que la diferencian de otras regiones.
Entre estas cualidades intrínsecas resalta la naturaleza, que representa alrededor de un 15 por ciento del mercado de viajeros por vacaciones del mundo y refleja las mayores tasas de crecimiento. Mientras, las otras categorías restantes resultan ser un magnífico complemento: arqueología, ciudades coloniales, buceo y culturas vivientes.
Ejemplo de ello es la avalancha de turistas que arriban a Cuba, cada año, para vivir la experiencia de visitar un país de fusiones, lleno de música por las calles y con una sociedad particular. La Habana, capital de Cuba, es una ciudad llena de historia.
En el Caribe también asoma con entrañable fuerza las ofertas de viajes a República Dominicana, y su paradisíaca Punta Cana, uno de los destinos turísticos más famosos en la región, viva imagen del ocio que se cataloga como uno de los mejores destinos de golf del mundo. Sus playas son sencillamente perfectas, aguas cálidas y tranquilas que acarician con suavidad los espacios de fina arena blanca.
De igual modo, México se abre al extranjero como destino vacacional lleno de magia, color y calidez.
Las aguas cristalinas de Riviera Maya atrapan cada año a millones de visitantes con la candidez de Playa del Carmen, un lugar único con los mejores complejos hoteleros. A través de estos patrones del turismo en la región, la imagen del Caribe se posiciona cada vez con mayor fuerza, resultado de las características distintivas que le aportan estos destinos y que tributan a la formación de una personalidad singular.