“El cerebro de tu hijo está en la etapa de mayor sensibilidad. Tú tienes el cerebro de tu hijo en tu mano y en vez de llevarlo con delicadeza lo estas estrujando”.
Con esta metáfora Milton Erickson, reconocido como el padre de la hipnosis moderna, le explicaba a un padre la importancia de cuidar la mente de su hijo.
A cualquier edad el menosprecio y la burla socava el autoestima de cualquier persona pero los grandes tenemos algunas formas de defendernos como por ejemplo pensar que quien nos agrede, es en realidad una persona sufriente o que tuvo un mal día y que lo que te dijo no es verdad sino que simplemente se está “descargando” con vos.
Pero no ocurre lo mismo en una criatura hasta los seis años. Desde que nacen hasta los dos añitos las ondas cerebrales que predominan en los bebés son las ondas Delta que son las más lentas y más amplias del espectro. A partir de los dos años y hasta los seis las ondas predominantes son las Theta que también son lentas y amplias.
Por este motivo, en esta edad hasta los seis años, no solo ocurre que la mente de la niña y del niño es como una esponja que todo lo percibe por estar emitiendo este tipo de ondas, sino que además, no tiene la capacidad de razonar como lo hace una persona mayor para descartar el abuso verbal y lo toma como una verdad absoluta.
Como resultado en su adultez manifestará aquello que absorbió en su infancia, vivirá una vida deslucida y no desplegará todo su potencial.
Por el contrario, el afecto genuino y palabras de aliento ayudarán, en cualquier edad, a desarrollar la capacidad humana hasta límites inimaginables. Todas las personas son muy inteligentes pero no todas tienen el mismo tipo de inteligencia.
Les recomiendo ver al Dr. Mario Alonso Puig explicando “Las nueve inteligencias”: youtube.com
María Martínez, hipnoterapeuta
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