Desde 1936, el Automóvil Club Argentino junto a YPF está presente con sus estaciones de servicios en los principales puntos del país y también en los sitios más inhóspitos de la geografía nacional.
Hace 118 años (desde el 11 de junio de 1904) cuando comenzaron a llegar los primeros automóviles a la Argentina, en Buenos Aires, hubo un grupo de personas que veían en el Automovil uno de los avances más significativos del siglo y decidieron unirse fundando un Club que los nucleara y asistiera.
Calidad de servicio
Las primeras fueron las casillas de Auxilio Mecánico, después las motos de asistencia, luego llegaron los camiones hasta tener hoy una moderna flota de equipos a lo largo y ancho del país al servicio de todos los socios.
“De allí a hoy, podemos decir que esas bases han plantado una línea de calidad de servicio inigualable manteniéndose año a año donde inculcamos a nuestro personal la importancia de la atención a nuestros asociados en toda la gama de servicios que presta el Club, cuidando especialmente la capacidad e idoneidad de todo el personal y en especial al grupo de auxilio que asiste en tiempo y forma a nuestros asociados” señalaron desde el ACA.
Alianzas
“Además, producto de nuestra alianza estratégica con YPF, una institución que acaba de cumplir 100 años en este suelo, podemos brindar la red de estaciones de servicio donde abastecerse de combustibles como así también hacer uso de las instalaciones.
A su vez, tenemos otra alianza muy importante con Caja de Seguros S.A., mediante la cual se encuentra disponible una amplia gama de coberturas sobre el automóvil para todos nuestros socios”.
Asociados y personal
“Por todo lo recorrido y lo que aún nos falta recorrer, valoramos la fidelidad de nuestros asociados, la vocación servicial de nuestro personal puesta siempre al cuidado del socio y las empresas concesionadas y sus trabajadores que contribuyen día a día para que esta Institución lleve a cabo su labor”.
Compartiendo el camino
“Son 118 años compartiendo el camino con los argentinos, por eso hacemos propicia la ocasión para recordar y agradecer a los fundadores de esta institución, a los directivos que nos precedieron y a los ex y actuales empleados y concesionarios que con su colaboración y esfuerzo hicieron y hacen posible esta Institución”.
Las primeras estaciones de servicios en el mundo aparecieron en Estados Unidos en 1907 (Standard Oil hoy Chevron Texaco), cuando en nuestro país ya se había fundado 3 años antes el Automóvil Club Argentino, una entidad elitista conformada por socios de clases adineradas, que se popularizaría luego de manera excepcional casi 30 años después, cuando en alianza con YPF dieron el gran impulso a la instalación de muchos puntos de “expendio de combustibles” en nuestro suelo, que serían “estaciones de servicios” (con auxilio mecánico y demás) recién a partir de 1945.
El mayor impulso lo dio el ACA
Sin dudas que el gran impulso de despachar naftas en todo el país se dio a partir del Automóvil Club Argentino (ACA), que tuvo un importante rol en el desarrollo de las estaciones de servicio por la intensa promoción que hizo del uso del automóvil, primero deportivo y luego turístico.
La asociación con YPF
En 1936 fue cuando se asoció con YPF y juntas elaboraron un plan para construir 180 estaciones en todo el país, ubicadas a una distancia promedio de 150 kilómetros. El plan complementaba el de Vialidad Nacional para la extensión y pavimentación de rutas que favorecieran la industrialización, la independencia económica y la integración social.
Un plan inusual y que bien podría aplicarse en la actualidad guió los pasos de los primeros tiempos: las estaciones que no podían autofinanciarse por su aislamiento o poco tránsito eran subsidiadas por aquellas con excedente económico.
Antonio Vilar
El ingeniero Antonio U. Vilar, ganador de un concurso hecho por el ACA para el diseño, previó estaciones de distintos tipos: urbanas, suburbanas, para capitales provinciales, para ciudades importantes, camineras, fronterizas, portuarias, de camping.
Tuvo en cuenta factores cruciales como la facilidad de acceso desde la ruta, circulaciones amplias, atención directa y diversidad de servicios para el auto y para el viajero, provisión de información turística, áreas de lectura y descanso con amplios ventanales, bar y buena forestación y hasta una vivienda para el jefe de cada una.