En la nueva edición de la «Ortografía de la lengua española», se decidió que la «ch» y la «ll» dejan definitivamente de ser letras del alfabeto y se quedan en dígrafos. Se elimina los acentos de «solo», «guion» y «o» entre números
El texto básico de la nueva edición, una de las grandes obras de referencia de los hispanohablantes, ha sido aprobado la semana pasada por la Comisión Interacadémica de la asociación que agrupa a estas instituciones, y su contenido no será definitivo hasta que lo ratifiquen los máximos responsables académicos el próximo día 28 en Guadalajara, México.
«Previsiblemente no habrá cambios sobre ese texto», afirmó Salvador Gutiérrez, director de esta gran obra panhispánica, que tendrá más de 800 páginas y que Espasa publicará antes de Navidad.
Habrá que decirle adiós al «ex cáthedra» o al «deus ex máchina». Los latinismos y las locuciones latinas serán tratados como extranjerismos puros y duros y, en aquellos casos en que no se hayan adaptado a las normas ortográficas del español, se escribirán en cursiva y sin tilde: «ex cathedra», «casus belli», «deus ex machina».
En la nueva edición, las Academias dan un paso más en la decisión, adoptada hace ya años, de no tildar el adverbio «solo» ni los pronombres demostrativos «incluso en casos de posible ambigüedad («voy solo al cine» o «llega esta tarde»), pero no se condena su uso si alguien quiere utilizar la tilde».
Además, se ha acordado que la escritura con «q» de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representa «una incongruencia con las reglas». Para evitarla han decidido escribirlas con «c» o con «k», según los casos: Irak, Catar, cuásar cuórum. Quienes prefieran la grafía originaria, tendrán que hacerlo como si fueran extranjerismos crudos y escribirlas en cursiva y sin tilde.
Siguiendo con las tildes, en la nueva edición se eliminan en aquellos monosílabos con diptongo ortográfico. La Ortografía de 1999 permitía escribir con acento gráfico o sin él determinados monosílabos, ya que, según los países de que se trate, se pronuncian como hiatos o como diptongos. Así, se dejaba escribir «guion-guión», «hui-huí», «riais-riáis», «Sion-Sión», «truhan-truhán», «fio-fió», «crie-crié» o «Ruan-Ruán».
A partir de ahora, este tipo de monosílabos deberán escribirse «siempre sin tilde», tanto si se pronuncian como hiatos, como sucede en España, o como diptongos: «guion», «hui», «riais», «Sion», «truhan»..., etc.
La «ch» y la «ll» dejan definitivamente de ser letras del alfabeto y se quedan en dígrafos (en la edición de 2001 del Diccionario ya no figuraban como letras independientes), y hay más novedades relacionadas con el alfabeto.
Y es que la denominación de las letras no es la misma en unos países y en otros.
Así, la «b» se llama «be alta», «be larga» y «be»; la «v» es, según los países, «be baja» «be corta» o «uve»; a la «uve doble» le dicen también «ve doble» o «doble ve»; la «y» se denomina «i griega» o «ye», y a la «z» le dicen «zeta», «ceta», «ceda» o «zeda».
Las 22 Academias quieren que «haya una denominación única», y estas letras deberán denominarse «be» para «b», «uve» para «v», «doble uve» para «w», «ye» para la «y», y «ceta» para la «z».
«Pero no se condena a nadie», si siguen utilizando la denominación de siempre, precisa el académico español, antes de insistir en la conveniencia de la unidad.
La Ortografía, señala Salvador Gutiérrez, «es el único código común a todos los países hispanohablantes. Nosotros podemos leer, casi como tuvieran la misma voz, a Neruda, Borges, Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez u Octavio Paz, y eso es un bien enorme, cultural, económico y educativo».
Novedades también con el prefijo «ex-», que se escribirá unido a la base léxica si afecta a una sola palabra: «exmarido», «exministro», «exdirector», y continuará escribiéndose separado cuando preceda a palabras compuestas: «ex capitán general».
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