El silencio prudente
puede ser un acierto.
El silencio miedoso
es una imprudencia
que genera más daño
que el temor.
C.B
La nota signada por el reconocido constitucionalista Gregorio Badeni, publicada en nuestra edición anterior, tuvo una gran repercusión, y motivó nuevos mensajes solidarios hacia nosotros.
Creo que esta será la última nota en la cual hablaremos del caso en cuestión sin que mencionemos los datos del funcionario equivocado. Hemos preferido darle un tiempo más que suficiente para que corrija un error, que por perseverar se ha convertido en un horror en materia de libertad de prensa.
Los reconocimientos que hemos recibido en todos estos años, tanto en el orden nacional como en el internacional, han sido por facilitar sin censura previa la comunicación hacia el público, y la recepción por parte de este de información general.
El hecho que sea el lector el que descarte los textos mal fundados, les garantiza a los ciudadanos el derecho de aceptar o no cada contenido. Pero el impresor, por el sólo hecho de serlo, no tiene ni obligación, ni facultad suficiente para ejercer una censura previa, que afectaría principios constitucionales esenciales.
Lamentablemente tendremos que molestar al Poder Judicial para que rápidamente reubique el caso, de modo tal que no se confunda quien es testigo documental con el posible demandado.
Hemos puesto toda nuestra paciencia por casi un mes, pero si no hay corrección espontánea nuestro silencio no sería moralmente útil a la ciudadanía.
Dentro de una semana elevaremos los datos completos a nuestros colegas de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas y a los miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa, para que ellos actúen como corresponde en un caso sintomático como este.
Los malos precedentes, si no son examinados adecuadamente, en tiempo y forma, terminan generando decadencias degenerativas que traban el desarrollo social.
Las notas de nuestros queridos lectores elevan el puntaje del examen que estamos dando. Los escritos solidarios de nuestros colegas periodistas ayudan al fortalecimiento espiritual frente a una lucha absurda en su inicio, que distrae en su desarrollo y de un final que será muy feliz, pero que no devolverá tiempos y esfuerzos realizados.
Gracias
Carlos Besanson |