Si un niño está o no bien alimentado durante los primeros años de vida, puede tener un efecto profundo en su salud, así como en su capacidad de aprendizaje , en su comunicación y en su capacidad para razonar, socializarse afectivamente y adaptarse a nuevos ambientes y personas.
Una buena alimentación es fundamental para el crecimiento y desarrollo sano del infante.
Si se tiene en cuenta que una sobrealimentación excesiva durante la infancia tiene una probabilidad del 60-80% de desarrollar obesidad en la adultez, es fundamental que se tomen las medidas preventivas necesarias para que un sobrepeso u obesidad en la infancia no se perpetúe en la vida adulta. La alimentación adecuada, la selección de alimentos correctos y la actividad fisca son la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños.
Lactancia materna
Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas de por vida; ella comienza con la lactancia materna. Un niño alimentado a pecho presenta: Menor indice de obesidad en su etapa de adulto. Menor riesgo de alimentación excesiva. Mayor inmunidad. Reduce el riesgo de enfermedades alérgicas como el eccema y el asma. Aumenta el desarrollo intelectual del niño
Buenos hábitos
Una nutrición adecuada y una buena salud están directamente relacionadas a través del tiempo de vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Es en este periodo donde los niños pueden adquirir buenos hábitos durante la comida en lo que se refiere a la variedad, al sabor y gusto. Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y para toda la vida ; impidiendo el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo y el correcto desarrollo del individuo adulto.
Lo que comemos
¿Influye lo que comemos de pequeños para que en la edad adulta seamos diabéticos alérgicos, padezcamos obesidad o tengamos caries?. Las teorías confirman que la alimentación brindada por nuestras madres y abuelas, de alimentarnos correctamente cuando éramos niños parecen estar en lo cierto. Una correcta nutrición y alimentación durante el embarazo, la primera infancia y la infancia, son factores claves que determina la salud en posteriores etapas de la vida. Esto es lo que demuestran los últimos estudios científicos, que han determinado que la nutrición en la niñez fija el curso de una posterior salud física y desarrollo mental.
Para debatir sobre este tema se celebró el Simposio Internacional sobre Planificación nutricional, que tuvo lugar a finales de noviembre pasado en Barcelona, España. Organizado por una compañía especializada en nutrición infantil, el congreso reunió a más de 240 pediatras, gastroenterólogos pediátricos, nutricionistas e investigadores procedentes de 21 países diferentes que dieron a conocer algunas de las pautas de la nutrición actual infantil.
El concepto general se basa en que un niño bien alimentado sera un niño feliz y un adulto sano. (Dr Tomo - Gastroenterólogo pediátrico - Barcelona)
Planificación nutricional
Este nuevo concepto, fruto de los últimos avances científicos, hace referencia a la cantidad y variedad de nutrientes que han de recibir los niños para conseguir un correcto desarrollo y un adecuado crecimiento hasta llegar a su etapa de adultez. Sobre este tema, el enfoque de los científicos nutricionistas ha cambiado radicalmente, ya que anteriormente la alimentación se centraba en las necesidades nutricionales, ahora el interés radica en los efectos biológicos que la nutrición tiene en la salud durante toda la vida.
El momento mas importante a tener en cuenta es luego de la lactancia materna cuando se comienza con la alimentación complementaria, en este periodo comienza la multiplicación neuronal y el desarrollo del sistema nervioso central, de alli que dietas pobres en grasas y lácteos producen una disminución del correcto desarrollo. Tales importantes aspectos aparecen para prevenir algunos malos hábitos que están surgiendo en los últimos años. Las costumbres de las madres de hoy en día han cambiado y ello se traspasa directamente a la alimentación de sus hijos traducido en un menor consumo de legumbres y verduras en beneficio de la comida rápida. Tampoco se bebe tanta leche; la ingesta de lácteos disminuye luego del biberón y ello perjudica seriamente al crecimiento del niño.
Alergias alimentarias
Uno de los temas en que se centró el simposio fue el aumento considerable de enfermedades alérgicas en niños durante los últimos 20 años. Los profesionales destacan que la prevención de las alergias son imprescindibles.
Para ello es vital la lactancia materna durante los primeros cuatro o seis meses o el uso de fórmulas hipoalérgicas (HA) si la madre no amamanta. Dichas fórmulas contienen una proteína especial, fácil de digerir y tolerada por el sistema inmune del bebé y que ha demostrado reducir sensiblemente el desarrollo de alergias.Es de vital importancia el desarrollo del sistema inmune durante los primeros meses de vida. Si su hijo ha sido diagnosticado con una alergia alimenticia, ciertamente no está solo. El 5 % de los niños menores de 3 años de edad son alérgicos a uno o más alimentos y en general el pronóstico es favorable.
Si la mamá es alérgica habrá un 50% de probabilidades que el bebé también lo sea. Y si además el papá es alérgico las posibilidades serán de un 75%.
Hay algunos alimentos más alergenos que otros. En los bebés y niños las alergias más comunes se producen por la ingesta de: huevo, leche vacuna, maní, pescados, mariscos, soja, nueces, trigo en harinas y cereales precocidos y chocolate. Con respecto a los aditivos de los alimentos como colorantes, espesantes y preservantes, se los trata de evitar a pesar de no estar definido si causan o no alergia. La mejor estrategia es la de educarse uno mismo y hacer lo propio con familiares y amigos sobre qué alimentos evitar y qué preguntas hacer acerca de los ingredientes.
Si su doctor le receta algún medicamento, tal como antihistamina o epinefrina, es importante asegurarse de saber cómo y cuándo usarlos.
Por Lic.Stella Maris Garcia de Kralj,
Programar Proyectos Educativos,
www.programareduca.com.ar
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