Barack conoció a Michelle cuando ella ocupaba un alto puesto en una prestigiosa oficina de abogados en Chicago. El a pesar que era un becario la invitó a salir varias veces hasta que ella aceptó cuando la invitó a una de las reuniones que él organizaba en comunidades pobres.
Michelle Robinson se quedó atraída al conocer a Barack Obama, aunque intentó provocarle con algunos de sus amigos antes de que él se decidiera a pedirle para salir.
Según admitió la propia Michelle le robó el corazón la manera en que Obama “conecta con la gente”.
Barack le propuso matrimonio a Michelle en un elegante restaurante. A los postres, a ella le sirvieron una cajita en un plato… que contenía un anillo de compromiso.
“Barack y yo, como pareja, amigos y amantes nos complementamos en muchos sentidos”, afirma Michelle.
Se dice que ella no sólo lo baja del pedestal sino que también logra hacerlo reír como nadie. Para Obama, ella es la “roca” que le da perspectiva a su vida.
Durante su discurso tras ganar las elecciones, Barack aludió a Michelle como “su mejor amiga a lo largo de 16 años, el pilar de nuestra familia, el amor de mi vida”, confesó Obama.

El matrimonio presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica públicamente han esparcido a la atenta mirada de este mundo globalizado cálidas muestras de su amor. Una imagen vale más que mil palabras y sin dudar han invadido con ello la curiosidad de todo ser humano, máxime sobre quienes confían por estos días, cuasi por enamoramiento en el proyecto Obama. Inquieta además el carisma que desperdiga ahora una de las personas de color de gran notoriedad sobre esta tierra, ojalá las expectativas internas que se han formado en torno a él se plasmen en hechos y que las mismas se trasladen en beneficio al resto del mundo.

ATA
Fuente: www.news.bbc.com – www.mujer.mujer.com