Con membrete de la Federación India del Centro de Argentina, compuesta por el Consejo de Lonkos del Pueblo Rankül de La Pampa; Comunidad Rankül Willi Antü; Santiago Cayupán; Leuvú-Kayú Antú Morituwe; Nehuén Adolfo Rosas; Yanquetruz; Mariano Rosas; Gente de Epugner; Baigorrita; Rosa Moreno; Gregorio Yankamil; Ralico; Manuel Baigorria; Nahuel Auca; Puelches; Panguitruz Nürü de Acha; Carripilón; Ataliva Canuhé y Asociación Willi Kalkin; la nota enviada a Presidencia de la Nación dice así:
Pacta Sun Servanda
«Señora Presidenta de Argentina, doctora Cristina Fernández. Con el mayor de los respetos, nos presentamos. Somos el Pueblo Rankül (Ranquel), Nación Mamüll (Pais del Monte), habitantes desde tiempos inmemoriales del Centro de la actual Argentina. Descendemos de quienes por 350 años, desde la llegada de España, mantuvieron la independencia de nuestra Nación y posesión de nuestro Territorio, desde el Río Salado – Río Cuarto hasta el Río Negro. Al Este el Atlántico y al Oeste parte de Santa Fe, Córdoba, San Luís, Mendoza, hasta el Neuquén. Así está registrado desde la época de los españoles y en los Tratados de Paz que nuestra Nación firmó con sucesivos gobiernos desde Octubre de 1819 hasta el 24 de Julio de 1878. Tratados válidos, como lo declara Naciones Unidas a través de su Relator Especial. Y reiterado en la Declaración de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, aprobado en las Naciones Unidas el 13 de Septiembre de 2007, declaración que Argentina aprobara. Señora, para dialogar sobre estos temas, solicitamos una audiencia al anterior Presidente, la primera con fecha 10 de Julio de 2007, actuación 17.792. Una segunda, en Octubre de 2007. Oficialmente, no hemos recibido respuesta, por lo tanto, nos vemos obligados a enviar a usted, ahora públicamente, este tercer pedido de audiencia. No necesitamos mayor fundamentación que la que hemos presentado pero creemos necesario hacer conocer a usted un poco de nuestra historia, que no va a encontrar en los claustros en los cuales usted y millones de argentinos se han formado. Sencillamente porque existe la intención de ignorarnos, como si no hubiéramos existido, como si no hubiera Tratados, como si fuéramos el lado oscuro de la historia de un país que se niega a aceptar su parte nativa, el embrión indígena que formó a miles de americanos en la conciencia de la libertad. 350 años de lucha casi continua lo certifican. Fuimos nosotros los que siempre estuvimos aquí, en el Centro, un Centro que España no pudo hollar, una Nación cuya postura apoyando la Independencia Americana fue fundamental para afianzar la revolución impidiendo el paso de los realistas por nuestro territorio para reconquistar Buenos Aires, en oposición a nuestros amigos que habitaban Chile, que permanecieron aliados a España. La misma Buenos Aires que luego nos traicionó, igual que a los patriotas revolucionarios. Señora, llegado a este punto, apelamos a su corazón de madre, de esposa, de hija, de nieta, vea las crónicas traídas a la actualidad por Pigna, Bayer, Lenton, Mariano Ramos, Claudia Briones, Enrique Mases, Rafael Curtoni, Walter Del Río y tantos otros. Verá usted a madres suplicando por sus hijos, de las cuales fueron violentamente separados. Ellas y otras mujeres entregadas como sirvientes. Sus padres, sus hermanos, sus maridos, muertos o condenados a trabajos forzados a Tucumán, al Chaco, a Martín García, a estancias, al Sur del Río Negro. Sus abuelos muertos. Su tierra arrasada por el afán de conquista. Todo por defender nuestra independencia, libertad, organización social, derechos, nuestra forma de vida. Paradógicamente, por defender valores que la llamada “civilización” ubica en el centro de la convivencia, pero que no respetó (ni respeta). La consigna: no debía quedar en el Centro ni el olor a indio. Casi lo logran. Señora, sugiero lea usted las declaraciones recientes del Premier de Australia, señor Rudd Griffith, arrepentimiento digno de ser imitado, no lo cree usted? Especialmente porque Australia, en el 2007, votó en contra de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas. Tienen una historia muy similar a la nuestra. Argentina aún no ha reconocido el Genocidio y posterior Etnocidio cometido contra nuestra Nación, usted tiene la oportunidad histórica de hacerlo. Los Derechos Humanos son Universales. A nosotros se nos ha negado, primero por la iglesia, que recién en 1537, mediante una bula papal reconoció que “teníamos alma”, que éramos “seres humanos”. Desde entonces hasta el 13 de septiembre de 2007 en que la ONU reconoce que los indígenas tenemos Derechos Humanos, hemos sido los “entenados” del sistema, los “sin Derechos Humanos”. Argentina ha reconocido genocidios mas recientes, pero del que se cometió contra nuestros Pueblos no se habla, a pesar de los 20.000 muertos, y la apropiación ilegítima de 15.000 leguas de territorio, y del Etnocidio posterior, mas aberrante aún. Los genocidas, conocidos con nombres y apellidos, hasta son glorificados. Cambiemos de tema, vamos a traer a colación a las Islas Malvinas. Curiosamente unas islas donde fueron enviados varios ranqueles antes que Inglaterra se apoderara de ellas. Fueron los que, junto al gaucho Rivero, desalojaron a los ingleses luego de que éstos tomaran las Islas, y si no pudieron sostenerse fue porque Buenos Aires no envió los refuerzos pedidos. Argentina reclama las Islas porque las heredó de España, las estaba ocupando, y fue desalojada por la fuerza, sin su consentimiento libre e informado, por lo tanto en forma ilegal. Lo mismo que ocurrió con nuestro territorio, del que fuimos despojados por la fuerza, sin nuestro consentimiento libre e informado, por lo tanto en forma ilegal. Si el mundo reconoce que a Argentina le asiste el Derecho de que le devuelvan las islas, no pueden coexistir dos doctrinas diferentes por un mismo hecho. Si es válida la posición argentina sobre las islas, también lo es nuestra posición sobre nuestro territorio. Por lo tanto, Argentina debe reconocer que ocupó en forma ilegal un territorio que no es suyo: el Territorio de la Nación Mamüll gobernada por el Pueblo Rankül. Con dos agravantes: 1) No nos heredaron de España. 2) Tanto España, como sucesivos gobiernos hasta el 24 de Julio de 1878, firmaron Tratados de Paz con nuestra Nación reconociéndola soberana. En cambio con Inglaterra no había Tratados. Comprende, señora, la necesidad de dialogar?. En una de nuestras solicitudes decimos que nuestra Nación no necesitó personeros ni injerencia extranjera para arreglar sus asuntos. Confiamos en no necesitarlos ahora. Pero no vacilaremos en recurrir a ellos si no somos escuchados. El Derecho está de nuestro lado.»
La carta, que lleva la firma responsable de Germán C. Canuhé, LE: 5.451.910, en representación de la Comunidad Ranquel, se complementa con otros items.
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