Hace poco sugerimos en una salida para Semana Santa (ver REGION® Nº 840), entre otros destinos visitar San Luis y desde allí ir a conocer el Parque Nacional Sierras de las Quijadas.
En esta edición, ampliamos los atractivos del lugar con fotos y datos de interés para el turista viajero.
Y si bien como adelantamos aquella vez, este parque nacional no cuenta con buena infraestructura para el visitante, su colosal belleza amerita conocerlo. Lo mejor es alojarse en San Luis capital, y tomarse el día para avanzar 120 km en dirección noroeste por la Ruta Nacional Nº 147.
Ubicación
El Parque Nacional Sierras de las Quijadas se encuentra al noroeste de la provincia de San Luis a unos 120 kilómetros de la ciudad del mismo nombre, capital de la provincia y cuenta con una superficie de 150.000 hectáreas.
El paisaje
Las Sierras de las Quijadas forman parte del sistema de las Sierras Pampeanas, pero con características externas distintas a las del este de San Luis y a las de Córdoba, que también integran este sistema.
Constituyen una estructura convexa formada por pliegues del terreno donde se localizan estratos de edad reciente que rodean a los más antiguos.
Los estratos recientes descienden hacia ambos lados abruptamente, sobre todo en el sector este, donde forman enormes farallones, rocas altas y cortadas verticalmente y que forman como una pared.
La causa de esta formación orográfica sería una gran fractura que corre paralela a estos cordones -y al curso del río Desaguadero- por la ladera occidental, a lo largo de la cual se habría producido el levantamiento de estas sierras.
En el centro de la Sierra de las Quijadas hay una enorme depresión que ocupa más de 4.000 hectáreas, conocida como Potrero de la Aguada.
Este hoyo gigante es la cuenca de alimentación del río del mismo nombre, que descarga en una garganta abierta en el sector sudoeste de esa gran hoyada. Las paredes que la bordean constituyen un accidente geológico de gran valor escénico, dada la infinidad de grietas, graderías, cornisas y salientes que dibujan todo tipo de caprichosas formaciones.
Otras riquezas
La flora y fauna es muy variada compartiendo en algunos casos especies que también pueden encontrarse en La Pampa, en el Parque Nacional Lihué Calel.
Existen restos arqueológicos de la presencia del grupo aborigen conocido como «Huarpes Puntanos» y que pueden ser visitados acompañados de guías turísticos.
Infraestructura
Extrañamente, el Parque que recauda $ 7 por persona adulta que ingresa, aún no dispone de una infraestructura turística adecuada, a diferencia de otros parques administrados por Nación, como el pampeano Lihué Calel, que siendo gratuito tiene un completo camping, centro de interpretación y buenos sanitarios, elementos que en Sierra de las Quijadas son algo a concretar.
Precaución
Es muy importante entonces, verificar el combustible para el regreso y que el visitante cuente con una buena provisión de agua y se proteja adecuadamente contra el sol, que en estas latitudes es muy fuerte sobre todo si desea realizar «guiadas», que empresas particulares ofrecen dentro del Parque, que son de unas 6 horas de duración ($ 50).
Sólo se puede acampar, con previo permiso del guardaparque, en un sector más o menos agreste sobre el borde del Potrero la Aguada, donde también hay una proveeduría escasamente equipada. Desde este potrero salen dos senderos peatonales -que pueden realizarse autoguiados- que conducen a los puntos panorámicos más conocidos. Luego de allí se desprenden otros circuitos más extensos que se realizan con guías.
La concurrencia de turistas aún no parece afectar al ambiente, pero no está permitido llevarse nada del parque, como corresponde a un área protegida. Mochilas y vehículos pueden ser revisados bajo penalización de multas, si se encontrara algo.
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