Los miles de chilenos, brasileños, europeos y norteamericanos, entre otros extranjeros, que todos los meses llegan de visita a la Argentina se han convertido ya en la tercera fuente de divisas para el país, un manantial de dólares más abundante que, por ejemplo, algunas exportaciones tradicionales, como las de maíz, trigo, las semillas y frutos oleaginosos, como el poroto de soja, o la carne. Basta, para tener una idea de la dimensión del fenómeno, con ver los ingresos que estas actividades generaron el año anterior. Mientras los turistas que pasaron por el país dejaron US$ 4173,2 millones de dólares, las exportaciones de semillas y frutos oleaginosos aportaron 3707 millones; las de maíz, 2198 millones; el trigo, 2008 millones, y la carne, 1828 millones, según estimaciones preliminares de la Secretaría de Turismo y datos oficiales. Caben, no obstante, dos aclaraciones. Primero: la cotización de algunos de estos productos aumentó considerablemente por el impulso de la demanda asiática y la debilidad del dólar. Segundo: algunas de esas exportaciones, como las de trigo o carne, fueron restringidas por el Gobierno para garantizar el abastecimiento de alimentos en el mercado interno y controlar la inflación. Pero, más allá de esto, resulta claro que, ya sea por los límites que se imponen desde la Casa Rosada o por méritos propios, el turismo ya ingresó en la pelea por el primer lugar en el podio de fuentes generadoras de divisas: el año pasado quedó tercero, rodeado por productos del complejo sojero, el principal del país. Fue superado por las ventas al exterior de harinas y pellets de soja (que facturaron US$ 5740 millones) y el aceite (4414 millones), pero logró superar los porotos (3434 millones).
Otro dato: el gasto total de los turistas aumentó el año anterior un 30% respecto de 2006. Rompió otra vez el récord histórico del país, que se había alcanzado ese año a pesar de que son muchos los turistas que en su segunda visita ya dicen que "el país está caro".
La cantidad de visitantes extranjeros creció un 11 por ciento el año pasado respecto de 2006 -fue el segundo aumento más importante de la región, detrás de Chile (12%) y por delante de Estados Unidos (10%)-, en un contexto en el cual se incrementó la cantidad de turistas en todo el planeta, según un informe reciente de la Organización Mundial de Turismo (OMT). En 2007 ingresaron en el país algo más de 4.542.996 turistas extranjeros que gastaron, en promedio, cada uno, 918,6 dólares en comida, alojamiento, compras y traslados internos. Los visitantes europeos fueron los que más consumieron: dejaron US$ 1647,2 cada uno. La contracara fueron los turistas uruguayos, cuyas erogaciones alcanzaron, en promedio, los US$ 263. La mayor cantidad de turistas provino de Chile: 964.707. En este contexto, se potenció la oferta de alojamiento: a los tradicionales hoteles se sumaron hostels y edificios "pensados para el turista" con una amplia gama de departamentos reservados para el alquiler temporal. También creció la oferta de agencias de turismo. Un caso concreto. Hace dos años, en la ciudad de Salta, Martín Alegre Robaldo abrió la suya, Paradigma Travel, que vio crecer, desde su creación, un 30% la afluencia extranjera. "Nuestra apuesta es al turismo sustentable: armamos pequeños grupos que visitan pequeños pueblos, sin degradar los aspectos culturales de cada comunidad", señaló el emprendedor, que recibe principalmente turistas franceses y españoles. Estas propuestas que respetan el aspecto cultural y ecológico de los lugares se multiplican todos los días. Por caso, en la quebrada de Humahuaca, la empresa Caravana de Llamas se esfuerza por acercar al turista las viejas costumbres indígenas: hace expediciones con paseos con llamas por caminos aborígenes que pueden durar horas o días. Este año se espera un aumento en el tráfico global del 4%, según las estimaciones de la OMT. "Mientras los mercados maduros continúan siendo los destinos que lideran las listas, las mayores cifras de crecimiento turístico de nuevos mercados confirman el potencial turístico del mundo en desarrollo", comentó el secretario general de la OMT, Francesco Frangialli. Pero la crisis financiera puede poner en riesgo esa expansión. Ocurre que, tal como indican las cifras oficiales, los visitantes de América del Norte y Europa son los que más gastan. Y esas economías son, precisamente, las que más afectadas se verían por la debacle en el mercado inmobiliario norteamericano, que amenaza con arrastrara la primera economía mundial a una recesión, restringiendo el gasto de sus habitantes, incluido el de sus viajes.
(Por Rafael Mathus Ruiz, de la redacción de LA NACIÓN).
Fuente: Cámara de Turismo de Mendoza
|