En mi múltiple vida profesional siempre traté de ser polifacético en el pensar y hacer. Es decir cumplir con funciones en distintos niveles, pero complementarias entre si.
Un ejemplo de ello fue cuando ejercí a pleno mi labor de abogado y descubrí la existencia de maniobras por parte de gente tramposa que sustituía los bienes muebles embargados por otros genéricos pero de mucho menor valor en caso de remate judicial.
Para evitar esos fraudes comencé a utilizar una cámara fotográfica Polaroid de revelado automático inmediato. En cada acto de embargo en que actuaba, con gran sorpresa de todos, fotografiaba cada uno de los bienes y agregaba las fotos al acta de cumplimiento judicial. En ese entonces era el único abogado que tomaba ese recaudo.
Cuando desarrollaba esa tarea ¿Qué era fotógrafo o abogado?¿Mi profesión universitaria se desmerecía porque llevaba una cámara fotográfica? No obstante mis clientes apreciaban no solamente el esfuerzo personal sino también los resultados positivos de ese accionar.
Mi heredada vocación periodística me sirvió también en la abogacía. La investigación de casos a través de preguntas indagatorias me permitió descubrir fraudes escandalosos vinculados al vaciamiento de empresas que terminaron con trascendentes sanciones judiciales a los partícipes de las estafas. Los medios periodísticos impidieron que se taparan esas maniobras.
Por ese entonces se aplicaba en el ambiente laboral el criterio de la tarea específica y especializada. Un periodista no debía sacar fotografías, tampoco un fotógrafo debía escribir o redactar artículos. Se cumplía una función u otra...
Sin embargo quienes marcaron nuevos rumbos en la conducción periodística señalaron hace mucho tiempo, con fundamento suficiente que: una buena fotografía equivale a mil palabras.
Con los años, la realidad fue señalando que es conveniente operativamente que todos sepamos hacer la tarea principal y las complementarias, para lograr eficiencia y rapidez en los resultados.
Hace pocos días asistí al 61°Salón Internacional de Arte Fotográfico organizado por el Foto Club Buenos Aires. Lo hice en representación de la principal institución que agrupa a los diarios y periódicos del país. fue importante la cantidad de fotografías expuestas de distintos sitios de nuestro planeta. Cada una de ellas a través del título y de la imagen transmitía un mensaje.
Cuando tuve que entregar los premios en nombre de la entidad que representaba expuse un breve concepto: cada fotógrafose había transformado en un gran comunicador con un enorme poder de síntesis en el mensaje.
Los que aprendieron a transmitir, por distintos medios, ideas o hechos son o tienen algo latente de periodistas, sean profesionales o no.
Carlos Besanson
El 61° Salón internacional de arte fotográfico, integrado por más de 2000 fotografías de distintos países, permanecerá abierta hasta el 21 de octubre en San José 181, Buenos Aires. www.Fotoclubba.com.ar |
