Cuenta Febbraro que el 20 de julio de 1969 mientras miraba por televisión la llegada del hombre a la Luna, se prometió a sí mismo que ese sería para siempre el Día del Amigo y antes de que la Apolo 11 regresara a la Tierra, desde su consultorio de Lomas de Zamora, donde vivía entonces, envió mil cartas a cien países y, a vuelta de correo con 700 respuestas, había quedado fundado el Día del Amigo.

Cuando Neil Armstrong pisó la Luna y dio “un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”, Febbraro consideró que había madurado su idea de dedicarle un día al amigo. “Escuché que el alunizaje del módulo era un gesto de amistad, desde la humanidad hacía el universo. ¡Ya está, es el día elegido!» recuerda. Hoy se celebra en unos cien países y esta en la agenda del corazón de los argentinos.

Febbraro se casó dos veces con mujeres que empezaron siendo sus amigas y dice que en el matrimonio, aunque es una institución que une intereses diversos, siempre se llega al punto donde surge la amistad.
El Dr. Enrique Ernesto Febbraro fue candidato dos veces al premio Nobel de la Paz. Su iniciativa tuvo éxito, ya que cada 20 de julio, en muchos países, los amigos esperan reunirse y dedican un día a la Amistad.
Quizá su mejor definición sea la siguiente: «Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. El me enseña, yo le enseño y ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer».

Fuente: www.prensarotaria.com.ar