La realidad es más fuerte que algunas ideologías.
C.B
Hay momentos en la vida que todos necesitamos filosofar sobre ciertos temas . Cualquiera sea la edad que uno posea y la preparación cultural acumulada, la reflexión se vuelve necesaria como una manera de repasar la propia historia y simultáneamente analizar el futuro que uno ansía o teme.
Esas conversaciones consigo mismo, se abren a veces frente a los demás como una forma de hacer participar a otros de los interrogantes y de las certezas. Las charlas con familiares, amigos y compañeros de trabajo van adquiriendo así una fuerza psicológica que no implica necesariamente coincidencias totales, pero que ayudan a los partícipes en esclarecer situaciones y vivencias pasadas, presentes o futuras.
Esas meditaciones, solitarias o acompañadas, no significan que se nos adjudiquen el atributo del ser considerados filósofos, ni siquiera seudos filósofos, sino que nos reconozcan que somos pensantes, y por lo tanto responsables de nuestros aciertos y errores.
Cuando uno ha desarrollado una vida activa, en la cual el concepto de error y corrección, jugó un papel importante en el manejo de situaciones no siempre favorables, la acumulación de experiencias tiene un peso enorme que, y no es una contradicción, nos puede alivianar parte del camino a recorrer.
Contemporáneamente a mis múltiples tareas, el ejercicio del periodismo me abre la posibilidad de dialogar con mucha más gente y de sentir al mismo tiempo más temas y más problemas que me brinda el acceso a la información, o a la desinformación.
Esas múltiples vertientes de comunicación no deben apabullarnos o desalentarnos, pero tampoco podemos soslayarlas. Se crece con experiencias inteligentemente interpretadas; se cae con la participación en fracasos no asumidos bajo el concepto de culpa concurrente.
La educación que recibimos no siempre es adecuada, y si lo es muchas veces subconscientemente la rechazamos por un equivocado estilo de vida.
De joven se habla de versear o hablar en verso cuando el palabrerío no tiene fundamento suficiente. También se dice que es un converso aquel que cambia su ideología o creencia original.
Cada lector de esta nota está en total libertad como para definir si estas conversaciones son de converso, o con verso.
Carlos Besanson |