El Banco de La Pampa fue creado en los primeros años en que esta nueva provincia dejaba de ser Territorio Nacional para afrontar el armado de toda una estructura que no solo sirviese a la parte administrativa, sino que además apuntalase el crecimiento de los sectores productivos. Así fue como nació «en los papeles» la entidad bancaria, el 24 de septiembre de 1954 por Ley Provincial N° 96, para promover el desarrollo económico; comenzando a funcionar institucionalmente el 18 de mayo de 1959, fecha que se recuerda a la hora de celebrar su aniversario, que en 2006 es el número 47.
De la confianza y el apoyo de los clientes traducida en una rápida identificación con el Banco, surgió la necesidad de incrementar su presencia a través de la apertura de filiales en la provincia. Como instrumento de enlace entre los sectores productivos de La Pampa y otras provincias, ampliando su actividad y desplegando toda su capacidad operativa, se regionalizó en 1995 con la compra de otra entidad, habilitando en ese momento 23 nuevas filiales extendiendo su accionar a las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén e iniciando su posicionamiento en la provincia de Córdoba con la instalación de la agencia Huinca Renancó.
El Banco de La Pampa fue una creación del Estado Provincial en la primera década de la provincialización, y juntamente con la Universidad de La Pampa (al principio no era Nacional), conformaron las dos creaciones fundamentales de la década del ’50.
En la década del ’60, una vez que el banco comenzó a desarrollar sus actividades y a consolidarse, todas las comunidades pampeanas aspiraron a tener una sucursal. Para eso, fue muy importante el aporte que hizo el sector privado, adquiriendo acciones, llevando sus depósitos al banco. Al principio, sobre todo en las comunidades rurales del interior, la gente todavía no estaba acostumbrada a manejarse en sus actividades comerciales con una entidad bancaria, todavía muchas casas de ramos generales actuaban de banco. Entonces hubo todo un aprendizaje, un período de tomar confianza y al final las sucursales se consolidaron.
La foto de siempre, la de todos los años, pero cómo no recordarlos. Ellos fueron los primeros funcionarios y directivos del Banco de La Pampa (Sentados desde la izquierda) Vicente Guzmán, Jefe de área; Antonio Gómez, Contador; Cr. Alfredo Sierra, Presidente; Pedro Cassullo, Gerente; Ricardo Valerga, Tesorero; Américo Fernández Rojo. (De pié desde la izquierda) Juan C. Ronchi, Delfín Idiart, Lindolfo Ruggeri, Rafael Reinhardt, Esteban Vangel, Jorge Ingrassia, Domingo Vincet, Rubén Rivas, Horacio Tierno, Armando Quiroga, Noel Rodríguez.
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En la década del ’70 el BLP se instaló en Bahía Blanca y en Capital Federal, ya buscando una expansión. El banco veía que la zona sur era absorbida comercialmente, económicamente y financieramente por Bahía Blanca, con un comercio muy intenso con ese puerto. Apreciando la importancia de esta plaza, el banco decidió instalarse allí. Esta sucursal y la de Capital Federal, fueron dos decisiones importantes para la expansión, que permitió no sólo tener presencia y atender a los clientes pampeanos sino comenzar a vincular a otros clientes. Se inició un periodo de operaciones que no eran las tradicionales: empresas exportadoras, transportes, etc. Luego por la reforma financiera de la época se produjo la llegada de las primeras entidades privadas que vinieron a captar los fondos locales para llevarlos a otros destinos. Pero el BLP pudo competir, a pesar que se produjo una fuerte presión por parte de esas entidades privadas con importantes ofertas de tasas, tratando de tomar posición sobre todo en Santa Rosa.
La década del ’80 tuvo lo suyo, por un lado con esta apertura de la economía que trajo una competencia muy fuerte dentro de La Pampa y por otro lado con la inflación que desestabilizó el poder adquisitivo de la gente.
«La fuerza de convicción y la proyección de futuro que guiaron a los pioneros y fundadores, es el marco de referencia en el cual se fundamenta el compromiso de nuestra gente en pro de un servicio personalizado y consustanciado en un profundo conocimiento de las necesidades de nuestros clientes y accionistas, para el crecimiento de la economía regional». De esta manera la entidad bancaria se expresa en su comunicación institucional, mientras sigue afianzándose con modernidad, ofreciendo nuevos productos en forma permanente y adaptando sus instalaciones a las necesidades actuales. |
Luego vino la convertibilidad de la década del ’90, donde si bien desapareció la inflación, las tasas de crédito se volvieron positivas. Muchos tomadores de créditos advirtieron tarde esta nueva realidad y se generan serios casos de incobrabilidad para el banco. Después vendría el efecto Tequila y todo lo que siguió.
En 1995 con la compra del ex Banco Dorrego, el BLP se convirtió en un banco regional, llegando a tener más sucursales afuera que dentro de La Pampa.
La economía del país a partir del ’98 entró en una recesión que no tendría recupero y el banco subsistió por el apoyo capitalizador del Estado Provincial.
Lo demás es historia reciente y en la actualidad, el BLP ha logrado una importante posición en cuanto a su consolidación, su reputación y su calificación (ver aparte).
Mejora en las calificaciones durante el último año
• Calificación a Octubre de 2005: El Consejo de Calificación de Fitch Argentina Sociedad Calificadora de Riesgo S.A., en su reunión del día 7 de Octubre de 2005, decidió subir a la Categoría A1 (arg) al Endeudamiento de Corto Plazo del Banco de La Pampa S.E.M.
La suba de la calificación refleja el posicionamiento que tiene la Entidad en la zona que opera, su favorable desempeño durante los últimos dos ejercicios y la holgada liquidez que registra.
Esta calificación es la más alta que otorgan las calificadoras de riesgo para endeudamiento de corto plazo en la República Argentina, la que está determinada por la excelente situación del Banco de La Pampa S.E.M. y su evolución positiva en los últimos tiempos dado que en Abril de 2003 la calificación fue A3, en Noviembre de 2004 se elevó a A2 y ahora se llega al escalón más alto de la escala.
Según la Calificadora de Riesgo, la Categoría asignada se define de la siguiente manera: Categoría A1 (arg): Indica la más sólida capacidad de pago en tiempo y forma de los compromisos financieros respecto de otros emisores o emisiones del mismo país. Bajo la escala de calificaciones nacionales de Fitch Argentina, esta categoría se asigna al mejor riesgo crediticio respecto de todo otro riesgo en el país.
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