La palabra «padre» es en hebreo la palabra -transliterada- «AB», esta es una palabra primitiva que significa padre en aplicación (literalmente e inmediatamente o figurativamente y remotamente), por lo tanto también también es una palabra que se traduce como abuelo, antepasado, descendencia.
El primer uso, de esta palabra «AB» se encuentra lógicamente, en la Biblia, en el libro de Génesis. Las unidades familiares en los tiempos bíblicos eran grandes e incluian a cada miembro de la familia, tíos, primos, siervos. El cabeza de familia era el padre. La familia por lo tanto era un pequeño reino que era gobernado por el padre. El gobernaba sobre todos los pertenecientes a su casa. Los hijos eran criados en aceptación a esa autoridad. El padre merecía respeto, autoridad, confianza, pero también daba amor, rectitud, justicia y oportunidades.
Dicen que en estos tiempos modernos se ha perdido la autoridad paterna y también se ha perdido el respeto a esa autoridad. Dicen también que se ha perdido la confianza... pero también se ha perdido el amor, la rectitud, la justicia y las oportunidades.
Estas cosas no se compran, no se venden, no se imponen, ni tampoco se las puede empaquetar, ponerles un moño encima y regalar.
Estas cosas se ganan o se pierden. Si los padres han perdido la confianza y el respeto de sus hijos pueden recuperarla nuevamente. Se requiere tiempo y deseo, y recordar que «todo lo que el hombre sembrare eso también segará». Entonces siembre amor, siembre rectitud, sea una persona justa que da a cada cual lo que le pertenece, sea una persona que sigue dando oportunidades a pesar de todo.
La vida es una sola y pasa demasiado rápido, no pierda la oportunidad del día de hoy.
|