«La Carpinteria Gomez se inició en la esquina de Mármol y Civit, en un salón que construimos toda la familia. Empezamos a trabajar el 14 de abril de 1955 con la llegada de la primer máquina y con el nombre de “Carpinteria de José Gomez e hijos”, compuesta por José Gomez, mi padre; Avelino, mi hermano y yo», así comienza su relato Atilio Gómez, el carpintero de Santa Rosa que acaba de cumplir 50 años con la profesión.
«Empezamos a construir muebles y carpinteria de obra –continuó explicando-, ya que en esos tiempos se construían las casas del Plan Eva Perón y no existían las puertas y ventanas estandar, lo mismo que en muebles se fabricaban juegos completos de living, dormitorio, comedor, bibliotecas, modulares y hasta muebles para tocadiscos. Al empezar la década del 60 mi padre se retira de la sociedad y la carpintería paso a llamarse “Gomez Hnos.”, con la incorporación de Abel, un hermano mas chico que se dedicaba al lustre. En esa época aparecieron nuevos profesionales y se instalaron muchos comercios en la ciudad, teniéndolos nosotros como clientes, a los profesionales les hacíamos escritorios, bibliotecas, revestimientos, etc. y a los comerciantes se le hicieron renovaciones e instalaciones completas en sus locales. En 1971 nos mudamos a la calle Raúl B. Díaz en un salón de mi propiedad, con el nombre de “Carpinteria Gómez”, ya que mis hermanos se habían retirado y con un carpintero amigo seguimos trabajando en placares, muebles de todo tipo y revestimientos de corlok”.
La docencia
«En abril de 1976 me propusieron algo que siempre lo tuve en mente… Enseñar. Acepté el desafío y comencé a dar clases en la entonces ENET Nº1 con un cargo y me jubilé en 1992 con tres cargos, igualmente el trabajo de la escuela no me impidió continuar con mi taller. En septiembre de 1992, ya con mas tiempo, atendí a mis clientes y fui comprando algunas herramientas y equipamiento para que los amantes de la madera pudieran venir y aprender este noble oficio. En 2002, aprovechando la experiencia docente, formé grupos de 5 ó 7 personas adultas o adolescentes que tuvieran ganas de aprender un oficio y llevarse su propio trabajo y hasta el día de hoy, festejando los 50 años de carpintero, sigo enseñando a trabajar la madera sin desatender a los clientes que me han apoyado todo este tiempo». «Por ultimo -dijo Atilio-quiero agradecer a mi familia que siempre me apoyó, a mis clientes que hoy son mis amigos, a mis ex-alumnos de la ENET, a los ex-alumnos y alumnos de mi taller de carpintería y a todos los que de una u otra manera han confiado en mi, en mis primeros 50 años de oficio»
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