En 2004 la Argentina registró la mayor presión impositiva de los últimos 10 años y el sector agropecuario no fue ajeno a este escenario. A diferencia de otras actividades, las empresas agrícolas que exportan su producción se ven gravadas, además, por Derechos de Exportación.
En este contexto, el Área de Economía de AACREA elaboró un trabajo que evalúa cuál es la presión fiscal que pesa hoy sobre los empresarios del sector, mediante el análisis de tres modelos zonales de producción (Litoral Norte, Oeste de Buenos Aires y Sur de Santa Fe), tanto en campos propios como en arrendados.
De ahí surge que la presión impositiva actual del sector agropecuario se encuentra entre el 58% y el 103% del Resultado Final Sin Impuestos de las empresas. Con la expectativa de precios de mediados de febrero de 2005 (precios futuros a cosecha), en los planteos con tierra arrendada, la carga fiscal supera el 100% del resultado en algunos casos y los beneficios pueden no llegar a cubrir el costo del capital.
Litoral Norte
El primer modelo analizado corresponde a un establecimiento de 10.000 hectáreas ubicado en la zona norte de Corrientes (Litoral Norte), dedicado exclusivamente a la cría de ganado vacuno, con una producción de carne de 50 kg/ha.
Si se considera que el campo es propio, el Resultado Final Sin Impuestos (RFSI) es de 46,2 pesos por hectárea. Al considerar los impuestos, la carga fiscal total asciende al 57,8% de ese resultado, con lo cual la utilidad de este establecimiento cae a 19,5 $/ha.
El principal componente de la carga impositiva es el impuesto a las Ganancias (48% del pago total de los impuestos), seguido por los derechos de exportación que representan el 18% de la transferencia impositiva al Estado.
Los beneficios disminuyen considerablemente cuando el mismo planteo productivo se evalúa sobre un campo 100% arrendado, aunque el resultado económico sigue siendo positivo. En este caso, que considera un costo de alquiler de 14 kg de carne por hectárea por año, el resultado final después de impuestos pasa a ser de 6,5 $/ha.
El total de la carga impositiva, en tanto, es del 66% del RFSI. Los tributos que más inciden son los derechos de exportación (37% del total de impuestos) y el Impuesto a las Ganancias (29%).
Oeste de Buenos Aires
El segundo modelo consideró un establecimiento mixto de 1500 hectáreas situado en el oeste de Buenos Aires. Casi un tercio de su superficie se dedica a la invernada de ganado vacuno de compra, que produce 528 kg de carne por ha. La agricultura se basa en los cuatro cultivos tradicionales.
La tecnología aplicada es la habitual en la zona, en siembra directa, y los rindes esperados corresponden al promedio CREA. El trigo ocupa 150 hectáreas con un rinde estimado de 30,5 qq/ha. Además, se siembran 385 ha de soja, para las cuales se prevé una producción de 28,5 qq/ha. El maíz participa con 245 ha, con un rendimiento de 72 qq/ha. También se realizan 245 ha de girasol, con un rinde de 20 qq/ha. La explotación cuenta con maquinaria propia y sólo se contrata parte de las pulverizaciones.
Este modelo tiene un resultado final sin impuestos de 648,2 $/ha. La carga impositiva final representa el 75% del RFSI. De esta forma, el beneficio final asciende a 163,2 $/ha. Las retenciones son la principal carga tributaria: 42% del resultado anterior.
Como en este modelo parte de la producción es agrícola, el peso de las retenciones sobre el RFSI es mayor que en el modelo anterior, dado que las exportaciones de cereales y oleaginosas se encuentran gravadas con mayores alícuotas que las de la carne. También se incrementa la participación de los Derechos de Exportación como porcentaje del total de impuestos pagados, pasando a representar el 56% de los mismos Si se evalúa esta misma explotación pero 100% alquilada (se consideró un valor de arrendamiento de 8 qq de soja por hectárea), la carga impositiva asciende al 103%, con lo cual llevaría al negocio a obtener una renta negativa de 9,5 $/ha. Los derechos de exportación llegan a representar el 77% de los impuestos pagados.
Sur de Santa Fe
Este modelo consideró un establecimiento de 1000 hectáreas situado en el sur de la provincia de Santa Fe, con un planteo 100% agrícola. La soja es el principal cultivo con un rinde de 30 qq/ha y ocupa una superficie de 420 hectáreas. El maíz, del cual se siembran 200 ha, tiene un rinde de 85 qq/ha. En el caso del trigo se siembran 380 ha, con una producción de 30 qq/ha. A continuación del trigo se implanta la soja de segunda, cuyo rinde estimado es de 27 qq/ha. Igual que el modelo anterior, el establecimiento cuenta con equipo de maquinaria propia y sólo se contrata una parte de las pulverizaciones.
Este modelo, en el caso con campo propio, tiene un Resultado Final sin Impuestos de 1091 $/ha. Cuando se descuentan los diferentes tributos se obtiene un beneficio por hectárea de $321,2.
Al ser una explotación 100% agrícola, las retenciones tienen un alto impacto sobre el resultado final sin impuestos (41%), seguido por Ganancias, con el 17%. La carga tributaria final asciende al 71% del resultado final sin impuestos.
Al analizar este modelo con campo 100% arrendado, la explotación registra un Resultado Final sin Impuestos de 537,9 $/ha). Luego de las deducciones de los impuestos, el resultado del ejercicio asciende a 20,4 $/ha. El resultado final después de impuestos equivale al 4%, contra el 29% que arrojaba el resultado del mismo modelo sin arrendamiento.
Si bajaran las retenciones
Los técnicos del Área de Economía de Aacrea evaluaron, además, el impacto en los resultados económicos de los distintos modelos si se redujeran a la mitad los Derechos de Exportación en trigo, maíz y soja.
En el caso de un planteo que se desarrolla 100% en campo propio, tanto en el Oeste de Buenos Aires como en el Sur de Santa Fe, se incrementa el resultado por la disminución de la presión impositiva, la cual cae del 75 al 67% en el primer caso, y de 71 a 68% en el segundo.
Las retenciones disminuyen su incidencia, mientras aumenta la del Impuesto a las Ganancias. De todas formas, en los dos modelos la carga tributaria final es menor.
Conclusiones
Con los precios de los productos agropecuarios de mediados de febrero, los impuestos vigentes y valores de arrendamiento corrientes, los planteos que no cuentan con tierras propias dan lugar a resultados negativos o muy bajos. Si en los cálculos se agregan costos de capital no considerados por dificultades metodológicas, se puede considerar que algunas explotaciones no son económicamente rentables si se mantienen sin ajustes los costos de los alquileres o de las otras variables consideradas.
Cuando se trata de campos propios, los beneficios se ven drásticamente disminuidos respecto de otras campañas. Considerando en detalle los tres modelos, se advierte una presión impositiva total del 57,8% del Resultado Final sin Impuestos en un campo ganadero extensivo de Corrientes. En un modelo tipo 100% agrícola del Sur de Santa Fe, la carga fiscal total es del 71% antes de RFSI y en uno mixto del Oeste de Buenos Aires, del 75%.
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