Mucho se ha hablado de la escuela inclusiva, de la atención a la diversidad y del modelo heterogéneo que en la escuela de hoy aparece.
¿Pero qué hay de cierto en estas apreciaciones?.
En nuestra sociedad no hay hábitos culturales de aceptación de las diferencias. La realidad del contexto escolar actual, está signada por la complejidad que presenta y la pérdida de las certezas frente a las mismas.
La diversidad es estructura a todo grupo humano. Poder pensar la diversidad implica tomar como punto de partida el respeto y la valoración de las diferencias individuales.
No es lo mismo «integración», que «inclusión»; la integración se refiere al proceso de enseñar juntos a niños con y sin necesidades educativas especiales. La inclusión es una concepción mucho más profunda.
La escuela inclusiva enfatiza el sentido de comunidad, para que todos tengan la sensación de pertenencia, apoyen y sean apoyados por sus pares y demás miembros de la comunidad escolar, al tiempo que se encuentran respuestas adecuadas a sus necesidades educativas especiales. Incluir no es borrar las diferencias, sino permitir a todos los alumnos pertenecer a una comunidad educativa que valore su individualidad.
Sólo la posibilidad de diferenciar reconociendo la diversidad, nos permitirá conocer en la sociedad y en la escuela la complejidad de esa diversidad.
Esta diversidad no se refiere a la capacidad para aprender, sino a los distintos modos y ritmos de aprendizaje.
La escuela inclusiva debe dar respuesta a las necesidades educativas de cada sujeto; las adecuaciones curriculares y la revisión del concepto de evaluación, promoción y acreditación son los pilares fundamentales de la inclusión.
Ahora quedan otros interrogantes: ¿Todas las escuelas estarán preparadas para ser inclusivas? ¿La actitud de los docentes primará sobre la formación profesional que poseen? .
En la actualidad sería muy importante que estos interrogantes puedan ser contestados desde las áreas que corresponda, porque a veces hablamos mucho sobre temas que son muy delicados; pero lo hacemos del desconocimiento.
Lo más importante es darle a este tema el tratamiento que se merece, porque cuando se trata de educación en la diversidad se debe hacer hincapié en las diferencias y partir desde allí, valorando la individualidad.
Colaboración: Alicia M. Pastor. Asistente Educacional
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