Como un homenaje a todas las maestras y maestros hemos extraído una partecita del libro de autoayuda al docente “Haciendo Escuela” de Alicia Mabel Pastor, quien cuenta en su haber más de 25 años de trayectoria en Educación General Básica. En este manual cuenta su historia en el ámbito escolar y exhibe las ideas de un grupo de autores que aportan sus conocimientos a las prácticas educativas revalorizando el rol docente.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es el propio valor como persona, incluye el reconocimiento de las propias habilidades y limitaciones, la aceptación de los propios éxitos y fracasos, la autoestima tiene que ver con aceptarse a sí mismo, porque aceptarse es importante para poder quererse. Su gran importancia radica en que es un componente esencial de una personalidad sana, es clave para la salud mental del individuo y tiene impacto sobre el desarrollo personal. Una buena autoestima facilita el equilibrio emocional, relaciones satisfactorias con los demás, el aprendizaje, la iniciativa, un buen desempeño laboral y escolar. Es importante saber que la autoestima se forja en la niñez, un niño se sentirá valorado y se aceptará a sí mismo si las personas significativas para él lo valoran y aceptan, esas personas significativas son en primer lugar los padres, familiares, los maestros y compañeros. El niño hace suyas las opiniones y afecto que le profesan esas personas relevantes, y los juicios y valoraciones que realiza sobre sí mismo son un reflejo de esas opiniones y afectos. Un niño desarrollará una buena autoestima si siente que es aceptado de un modo total e incondicional. La aplicación de adjetivos positivos lo ayudará a formarse una buena opinión de sí mismo; mientras que le ocurrirá lo contrario si con frecuencia escucha que se le aplican adjetivos negativos.
Consejos Prácticos:
1. Hacer que el niño se sienta miembro importante de la familia al que se le dedica tiempo, se lo escucha, se lo respeta, se atienden sus problemas.
2. Celebrar sus éxitos aunque sean pequeños, empleando adjetivos positivos.
3. Sustituir la crítica al fracaso por el elogio al éxito.
4. Evitar frases y comentarios que menoscaben la imagen de sí mismos.
5. Marcar al niño límites y normas claras que lo guíen y le muestren lo que puede y no puede hacer.
6. Darle ocasión de desarrollar su competencia y de lograr metas.
7. Un niño que se siente valorado aprende a sentirse valioso; un niño que se siente amado aprende a sentirse digno de ser amado.
La misión de enseñar
Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca.
Hay que medir pesar, equilibrar…
Y poner todo en marcha.
Pero para eso uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar, que ese barco - ese niño-
Mientras uno trabaja,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hasta islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.
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