Es intensamente grato prestar atención a la trayectoria empresaria de Elsa Rosa Fernández (foto), nacida en Intendente Alvear, de quién sabemos, a través de su labor comercial de 20 años al frente de Librería Santa Marta de General Pico, ha logrado nada más ni nada menos que seguir haciendo docencia, seguramente tarea no tan fácil la de inspirar cotidianamente el acercamiento a los libros.

Un 21 de febrero de 1992 inauguró su primer local en la Galería Pico, con una premisa, con entusiasmo apoyar al Magisterio, “que empezó como una prueba y esa prueba se extendió hasta hoy, son 20 años” dice Elsa.
“Se fueron cumpliendo etapas, incluso de cambios en la educación; se hizo necesario que se conformara otro tipo de librería, los sucesivos traslados de ubicación comercial hizo que el público se acercara ansioso a ver las novedades; hoy las nuevas herramientas editoriales que se incorporan permiten un mayor acercamiento: los audiolibros, una idea que se genera en Córdoba fruto de una profesora en letras que escucha todos los audiolibros de Latinoamérica y observa que todos son narraciones leídas o contadas, entonces propone a un grupo de jóvenes hacer del libro una radio novela, con personajes, se contratan artistas, buenas voces, los mejores sonidos y se logran toda una serie de clásicos comenzando por La Iliada, La Odisea, algunos más modernos: Cumbres Borrascosas, Crimen y Castigo; y otro elemento la novela gráfica, que al joven, al niño le gusta mucho lo gráfico, así que otro invento interesante; escuchar el audiolibro y después ver la novela gráfica donde está el personaje, y después ir al libro propiamente dicho, entonces se arma todo un circuito que enriquece, entonces se valora lo que es leer, adaptándonos a los nuevos tiempos”, señala Elsa Fernández.
“Doy gracias a mi familia que me apoya, a mis hermanas que son docentes también, ellas están siempre conmigo y lo que más me reconforta es el encuentro casi diario de siempre algún exalumno que ya se hizo persona adulta y que retoma el deseo de empezar a leer”, dice emocionada “Lala” como la llaman cariñosamente quienes la aprecian y reconocen.