El trofeo de ciervo colorado obtenido
el pasado 20 de marzo de 2002 en La Pampa por el cazador
español Rafael Malo, dueño del Coto «La
Escondida» de General Acha, se constituyó
en nuevo record Argentino y Americano y 2º en el
ranking mundial según el ex presidente de la Federación
Argentina de Caza Mayor, Cándido Vázquez
(ver REGION
Nº 594).
No obstante, la publicación especializada española
«Jara y Sedal», informa la clasificación
mundial ubicando al trofeo de Rafael Malo en octavo lugar
a nivel internacional.
Polémica por todos lados
El espectacular trofeo despierta magnificas expectativas
para la actividad cinegética pampeana por un
lado, mientras que la negativa de sus dueños
a permitir que sea medido por los clubes locales, abre
la discusión a otras consideraciones. A continuación,
la opinión de Rafael Malo, el manejo en el coto,
la opinión del Club de Caza Mapú Vey Puudú...
En una extensa entrevista a la que la Revista española
«Jara y Sedal» en su edición Nº
13 de diciembre de 2002 le dedica nueve páginas,
el periodista Santiago Escalante comienza diciendo:
«Cuando Rafael Malo adquirió en La Pampa
argentina la finca «La Escondida» hace 12
años no pensó que estas tierras le iban
a dar la mayor alegría de su vida. Aunque desde
un principio apreció su gran belleza y la abundancia
y tamaño de los trofeos cinegéticos que
albergaba, el impresionante venado rojo que abatió
el pasado 20 de marzo, que tras las mediciones correspondientes
se ha confirmado el pasado mes como récord de
Argentina, de toda América y entre los mejores
del mundo, no aparecía ni en sus sueños
más optimistas».
«Este año era ya el octavo día que
habíamos salido en su busca -dice Malo en «Jara
y Sedal»- y tampoco habíamos logrado verlo
ni de lejos. Hay que tener en cuenta que la finca tiene
20.000 hectáreas, 15.000 de ellas cercadas con
valla cinegética. Por lo tanto, aunque estoy
prácticamente seguro de que es el mismo ciervo
que yo vi hace dos años, puede ser que sea otro
de parecidas características y cuernas y aquél
se haya caído o simplemente no lo hayamos visto,
porque no se dejan ver tanto para saber cuál
es exactamente. En cualquier caso, es seguro que hay
otros ciervos que alcanzarán parecida puntuación
o incluso que la puedan superar».
En relación con «La Escondida» Rafael
Malo explica: «Cada año se utiliza alternativamente
sólo el cincuenta por ciento de la zona cinegética
para el pasto de vacas, con lo que la calidad del mismo
es extraordinario para los ciervos después de
que se haya regenerado. Y también es muy bueno
que después de que hayan comido los ciervos en
una zona lo acaben las vacas después, porque
el ciervo es muy selectivo. Haciendo esta alternancia
he mejorado mucho la calidad de la comida y además
he conseguido que el ciervo se estrese muchos menos,
porque la presencia de las vacas les afecta mucho».
Consultado por «Jara y Sedal» respecto al
modelo de gestión realizado en el coto, el inversor
español responde: «Para mí es fundamental
la caza selectiva. La selección genética
es la que va a marcar en una proporción muy significativa
la calidad de los trofeos de una determinada finca o
terreno. Es muy importante vigilar continuamente a los
venados y en cuanto se ve que un animal no va a prosperar
adecuadamente, eliminarlo».
«...yo en España no cazo venados -dice
Malo-. Después de conocer Argentina, cazar una
res en una finca de 1.000 ó 1.500 hectáreas
no me atrae demasiado. Allí el tiempo se te va
muy rápidamente porque de repente dices: «llevo
cuatro días y he batido 4.000 hectáreas»,
pero resulta que cuando te cambias de área también
lo puede haber hecho el ciervo y estar en la zona que
tú has batido los días anteriores».
Posteriormente, en una entrevista al cazador español
Alberto Alcocer, «Jara y Sedal» en
su edición Nº 15 del mes pasado (febrero
2003), da cuenta de que éste desplazó
a Rafael Malo de su séptimo lugar hasta
ese momento, ocupando Alcocer esta posición
con su trofeo logrado en Austria, quedando el
trofeo de Argentina en octava posición
en el mundo.
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Publicado en el Boletín
Informativo 2003
La Pampa, distintas alternativas
Hace algunos años La Pampa está en los
ojos del mundo por sus características cinegéticas.
Muchos inversionistas nacionales y extranjeros han depositado
parte de su capital en campos, transformándolos
en cotos cerrados. En tales cotos se está trabajando
con genética de avanzada, dando lugar a la creación
de trofeos llamados en la jerga del cazador: monstruos
o tortas. Uno de estos casos es el recientemente
cazado en La escondida, que según
informaciones, llega a medir 265 puntos y fracción.
Así se convierte en el segundo puesto del ranking
mundial, por la fórmula del CIC, según
lo dicho por el ex presidente de la Federación
Argentina de Caza Mayor, en la fiesta realizada en Quehué.
La paradoja del caso, es que muy pocos amantes
de la caza han podido disfrutar de tal trofeo, pues
no está actualmente en nuestra provincia, y se
ha convertido en un mito: todos sabemos de él,
pero ninguno lo vio fehacientemente.
La libertad de acción de los dueños de
trofeos semejantes, hace que se omita la medición
de instituciones como los clubes que llevamos un ranking,
como el caso del Club Mapu Vey Puudú, o
de cualquier otro club.
Por lo tanto, hasta el momento, y por el hecho comprobado
de su medición, su observación, su disfrute,
sólo sigue siendo récord para nosotros
el trofeo de Chito López, ya que éste
sí se encuentra en la Subsecretaría
de Turismo.
Sería sumamente interesante tener la cabeza
monstruo cazada en La escondida, como una
atracción y una propaganda turística más.
Hay que valorar el trabajo que se realiza en los cotos,
su interés en mejorar la genética, el
manejo que se logra. Pero no nos engañemos:
la privatización hace olvidar el suelo.
La Pampa como provincia no se ve beneficiada en todas
las ventajas anteriores, salvo por su fama en
ciertas situaciones.
Los beneficios quedan en el ámbito particular,
y esta tierra y los comprovincianos, no terminamos de
gozar del usufructo que ella nos otorga.
Tal es nuestra limitación, que los campos libres,
los cotos abiertos, se encuentran en marcada desventaja
con respecto a los cotos cerrados. Influye el clima,
los desastres naturales, los incendios, la imposibilidad
monetaria, etc. etc.
No obstante todas las falencias, La Pampa sigue permitiendo
el logro de ejemplares estupendos, naturales, sin alimentación
ni genética agregada.
Lo prueba el hecho de que la temporada 2002 superó
las marcas de piezas cobradas, siendo éstas
de una calidad inigualable en la historia provincial.
Las alternativas de caza están perfectamente
claras: por un lado tenemos la caza enlatada, estructurada
en cuadros de fácil y seguro acceso a la pieza
esperada, las comodidades, en algunos casos los lujos
que demanda la exigencia extranjera, y por lógica,
las ganancias particulares que ello reporta. Y por otro
lado tenemos la caza salvaje, dura, impredecible, que
realiza el cazador nato, espécimen en vías
de extinción, bajo las peores condiciones climáticas
y con el sacrificio de perseguir una población
cada día más escasa en cuanto a su territorio
libre.
A ésto se le adiciona un costo significativamente
alto, ya que los precios se colocan de acuerdo al mejor
postor, y éste no es precisamente el cazador
nacional.
Nuestro país, históricamente pretendió
imitar aspectos europeos, el Parque Luro es una prueba
más. Lástima que dentro de las imitaciones
no valen las reglamentarias, ya que, no se pretende
una estricta medida como la de Hungría, por ejemplo,
que no permite llevarse las cabezas sino sólo
una réplica de ellas, u otros países que
registran los trofeos exhaustivamente antes de devolvérselo
a los cazadores.
Nosotros sólo pretendemos la alternativa de poder
medir, como Institución legítima que somos
ante la Provincia, todos los trofeos que de ella salen,
sean éstos de campos libres o cerrados, y establecer
las diferencias correspondientes a unos y otros, ya
que es previsible que con el correr de los años
las condiciones se desequilibren entre los cotos que
manejan ventajas genéticas y técnicas,
a diferencia de los que desarrollan una expansión
salvaje.
Es imprescindible diferenciar y registrar dos ranking
paralelos de acuerdo al origen de los trofeos.
Creemos que un correcto manejo de la actividad cinegética
redundará en beneficios, no sólo particulares,
sino también colectivos.
Nuestra provincia tiene una alternativa diferente ante
los ojos del mundo, que aún no ha sido percibida
en todo su esplendor.
Comisión Directiva del Club
Mapu Vey Puudú
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